SOCIEDAD
Todo lo que usted quería saber sobre el “urbanudismo”y nunca preguntó
Una joven estrenó la modalidad en Buenos Aires: se sacó la ropa y cruzó la avenida 9 de Julio, bajo el sol de mediodía y el aplauso del público. Hasta logró persuadir a la policía.
› Por Pedro Lipcovich
Existe una fase superior del nudismo: se llama “urbanudismo” y ayer, por primera vez, se hizo presente en la ciudad de Buenos Aires. A diferencia de los nudistas convencionales, que se juntan entre ellos y prefieren la privacidad de sus clubes, los urbanudistas eligen la experiencia de salir desnudos al espacio urbano. Ayer, en la avenida 9 de Julio y Perón, una joven urbanudista se despojó de sus ropas para acceder a la vivencia inefable de cruzar, así, la avenida más ancha del mundo. Unos policías habían intentado disuadirla pero hubieron de rendirse, también ellos, ante la magia del urbanudismo. Donde más se ha desarrollado esta práctica es en Barcelona, cuyo ayuntamiento autorizó explícitamente los paseos en cueros por la ciudad. Y los adeptos a la nueva disciplina cuentan ya con su propia página web, cuyo examen atento conduce a una pregunta muy delicada: ¿cuántos urbanudistas hay en el mundo? En www.urbanudismo.com figuran 13, pero la Maradona de este nuevo deporte, la que caminó toda Barcelona y aparece en todas las fotos, es Abril, la misma que, bajo el hirviente mediodía porteño, al llegar a Perón, ofreció su colita perfecta.
Ella vestía una remerita negra y una pollera, también, negra. Poco antes de las 13, a sólo 200 metros del Obelisco, con la convicción de quien milita por una causa nueva y la desenvoltura de quien se sabe hermosa, se dispuso a sacarse la remerita y la pollera: no tenía ropa interior. Varios hombres la rodearon desde lejos, sin atreverse a pronunciar en voz alta los comentarios que hacían en voz baja. El círculo empezaba a estrecharse cuando llegó la policía: ella les pidió permiso.
Las fuerzas del orden vacilaron durante veinte, veinticinco minutos: ¿llevar a Abril por la fuerza? ¿Dejarla pasearse desnuda? Finalmente se encontró la solución, que más tarde enunciaría el comisario Jorge Basualdo: “Se estaba filmando, aparentemente, un comercial: la fiscalía de turno y el juzgado correccional dijeron que no había infracción y que no se tomara intervención”.
Finalmente, Abril se sacó la ropa y cruzó la 9 de Julio, entre aplausos, por la senda peatonal, sólo vestida con sus dos tatuajes, uno sobre la cola y otro en el omóplato derecho, y un par se zuecos. Luego volvió a vestirse y se fue en un taxi. Antes de retirarse, había hecho breves declaraciones: “Me gustaría más que fuese de otra manera pero, bueno...”.
A Abril le gustaría más que ya fuese como en Barcelona, donde, a partir de peticiones de entidades nudistas, en agosto pasado el Ayuntamiento autorizó a circular sin ropas por la ciudad, siempre y cuando ello “no afrente la moral y las buenas costumbres”.
El sitio de Internet www.urbanu dismo.com se abre con una foto de Abril –claro está que desnuda– y un texto: “Me despierto recordando el sueño en el que salgo desnuda y, al darme cuenta por cómo me observa la gente, diferentes sensaciones se me representan. Pienso en experimentarlo en la vida ‘real’. Busco y encuentro quienes hacen realidad este sueño, se destapan junto a mí y capturan esos momentos y las reacciones que generan en la gente. Como todos por la ciudad, pero desnudos”.
La página de los urbanudistas ofrece una galería fotográfica de desnudos en distintos lugares públicos de Barcelona: hay que reconocer que, en todas, la protagonista es Abril (que es argentina y cuyo nombre, cuando está vestida, es Paula Brindisi); en alguna que otra foto aparece junto a ella algún señor urbanudista pero sin muchas ganas de que lo miren.