SOCIEDAD
› CASACION CONFIRMO LA CADENA PERPETUA A BARREDA
Un dentista que se quedó sin recursos
El Tribunal de Casación Penal bonaerense ratificó la pena de reclusión perpetua contra Ricardo Barreda, el odontólogo que en 1992 conmocionó a la opinión pública tras asesinar a su esposa, sus dos hijas y su suegra y fundamentar el hecho en la “humillación” a la que lo sometían las cuatro mujeres. La defensa de Barreda, quien lleva ya más de doce años detenido, había pedido la revisión de la condena argumentando la inimputabilidad del dentista. Sin embargo, el tribunal penal rechazó la medida al considerar que el acusado “tuvo conciencia de la antijuricidad de su accionar”.
El próximo paso de sus abogados será aguardar hasta junio, cuando Barreda cumpla setenta años, y pedir arresto domiciliario. Su defensor, Octavio Etchegoyen Lynch, no descarta la posibilidad de apelar el caso ante la Corte Suprema.
Para los jueces de Casación, la normalidad con la que Barreda “desarrollaba sus actividades e interactuaba en el medio social” y el arrepentimiento que luego expresó atestiguan que el odontólogo actuó bajo completa racionalidad. Algo que da por tierra el argumento esgrimido por la defensa que, a partir de un informe psiquiátrico que catalogó al caso como “delirio de reivindicación” y apelando a una disposición del Código Penal que prevé una reducción en las penas ante circunstancias extraordinarias, pidió la revisión de la sentencia dictada en 1995.
“No se sabe cuáles serían las particularidades del caso, como establece la norma penal, que autorizarían a tratar beneficiosamente a quien cometió un cuádruple homicidio disparando en forma reiterada un arma de fuego de alto poder ofensivo contra quienes no estaban en condiciones de defenderse” fue la respuesta de Horacio Natiello, uno de los tres magistrados a cargo de la causa.
En una audiencia convocada en noviembre por Casación, Barreda había asegurado “que era consciente de lo que sucedió”, pero al mismo tiempo había intentado mostrar su inimputabilidad contradiciendo sus propios dichos. “Lo que puedo decir es que en ese momento yo no era yo”, se defendió en ese entonces.
Barreda fue detenido el 15 de noviembre de 1992, tras haberse reconocido como el autor de los seis disparos que mataron a su esposa, su suegra y sus dos hijas, de 24 y 26 años. En una de las audiencias del juicio oral, en donde fue condenado a cadena perpetua, sin titubear aseguró: “Si las circunstancias se volvieran a dar, yo actuaría de la misma manera. No podría haber evitado lo sucedido, estaba bajo un cuadro de humillación”.