SOCIEDAD
› VEINTE MUERTOS, LA MITAD DE
ELLOS NIÑOS, AL ARDER UNA PENSION
El infierno en la noche de París
La mayoría de las víctimas eran familias de inmigrantes, sin techo. Muchos fallecieron al arrojarse al vacío. Piden una investigación.
Por J. M. Marti Font *
Desde París
Veinte muertos –la mitad niños– y 13 heridos graves era el balance ayer por la tarde del incendio que destruyó completamente un modesto hotel de seis plantas del centro de París en el que se albergaban, además de algunos turistas, inmigrantes sin recursos a cargo de los servicios de asistencia social. La rapidez y virulencia con la que se propagó el fuego por el hueco de la única escalera hicieron que cundiera el pánico y que algunas personas se lanzaran al vacío huyendo de las llamas. Siete de los fallecidos murieron al estrellarse contra el cemento, según fuentes de los bomberos.
El fuego se habría iniciado alrededor de las dos de la madrugada. Los bomberos recibieron el aviso a las 2.20 horas. Pese a que diez minutos más tarde cerca de 300 efectivos del cuerpo ya estaban en el lugar de los hechos, el incendio ya había adquirido enormes dimensiones. “Escuchamos los gritos, salimos a la calle y vimos cómo la gente se tiraba por las ventanas”, explicaba ayer un vecino. Según la policía, el número de víctimas hubiera sido menor si los residentes hubieran optado por esperar en la habitación a ser rescatados sin dejarse llevar por el pánico. Sin embargo, muchas de las víctimas murieron carbonizadas o asfixiadas.
El hotel Paris-Opera, situado en el distrito noveno de la capital francesa, entre la estación de Saint-Lazare y la Opera, justo detrás de las Galeries Lafayette, era un edificio de seis plantas, disponía de 32 habitaciones y 79 plazas teóricas, todas ellas ocupadas. Estaba clasificado como residencia de quinta categoría, equivalente a una pensión.
El pasado 24 de marzo había pasado una inspección en la que no se habían detectado problemas de seguridad. El jefe de la policía de París, Pierre Mutz, confirmó que el alerta de detección de humos había funcionado. Sin embargo, el hecho de que se tratara de un edificio antiguo, con estructuras de madera vieja, con una sola salida –la de la puerta principal– ha sido decisivo.
El fuego, según apuntan fuentes de los bomberos, se inició de forma accidental en la primera planta, probablemente en un microondas situado en una sala donde se preparaban los desayunos. La estrecha escalera central funcionó como una chimenea avivando las llamas hasta lo más alto del inmueble. La concentración de gases calientes en la parte alta del edificio desencadenó entonces un segundo incendio.
La estrecha calle de Provence, donde está situado el hotel, se convirtió en una antesala del infierno. Las llamas salían por las ventanas y el resplandor del incendio iluminaba muchos metros a la redonda. La planta baja de las Galeries Lafayette se habilitó como improvisado hospital de campaña.
La zona de la Opera fue uno de los barrios más elegantes y emblemáticos del París diseñado por Haussman en el Segundo Imperio, pero su elegante diseño no ha impedido que su deterioro –al menos en determinadas calles– haya sido notable, de modo que ahora conviven el emblemático Hotel de la Paix, recién restaurado, con la prostitución de más bajo nivel, al tiempo que la gente se agolpa frente a los grandes almacenes más famosos de París. Las prostitutas de la zona, precisamente, fueron las primeras en acudir ayer en ayuda de las víctimas.
La Cruz Roja instaló un campamento de ayuda para prestar apoyo psicológico a las víctimas. Algunos –los menos– eran de origen francés, el resto eran senegaleses, portugueses, marfileños, ucranianos, tunecinos e incluso un estadounidense, entre otras nacionalidades. La gran mayoría estaba alojada en el hotel por la Alcaldía de París y algunas organizaciones caritativas. Antes de que amaneciera, tanto el ministro del Interior, Dominique De Villepin, como el alcalde de París, Bertrand Delanoë, habían acudido al lugar del siniestro. Por entonces los bomberos ya habían apagado las llamas y se dedicaban a inspeccionar las dos últimas plantas del edificio que corrían el riesgo de desplomarse. Por la mañana se hablaba de 11 muertos y la cifra fue aumentando a lo largo del día, en parte porque fueron falleciendo algunos de los heridos más graves.
El presidente francés, Jacques Chirac, calificó los hechos de “drama espantoso” que inspira sentimientos de “horror” y “emoción”. El primer ministro Jean-Pierre Raffarin pidió la apertura “inmediata” de una investigación para determinar las causas del incendio, para “proponer, si hiciera falta, nuevas disposiciones destinadas a evitar tales siniestros”. El ministro de Empleo, Jean-Louis Borloo, aseguró que se realojará a los supervivientes del incendio. La Fiscalía de París ha abierto una investigación por “homicidios involuntarios”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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