SOCIEDAD
› MEDIA SANCION EN ESPAÑA AL CASAMIENTO HOMOSEXUAL
Habemus matrimonium gay
Dos días después de la elección de Ratzinger, los diputados aprobaron el casamiento de homosexuales. Rodríguez Zapatero dijo estar “preparado para respetar” lo que diga el Papa.
La Cámara de Diputados de España aprobó la ley que no sólo autoriza el matrimonio homosexual sino que también permite la adopción de hijos por parte de las parejas así legalizadas. La legislación española se equipara así con la de Holanda, porque Bélgica, el otro país que legalizó el casamiento gay, no autorizó hasta ahora la adopción. La ley fue aprobada por 183 votos contra 136, con los votos del Partido Socialista –PSOE, mayoritario–, de otros grupos de izquierda y de los legisladores nacionalistas vascos –cuyo partido los había dejado en libertad de acción–. Se opusieron el Partido Popular (PP), conservador y legisladores catalanes. El proyecto aprobado deberá pasar por la Cámara de Senadores, con mayoría del PP; se prevé que allí será rechazado, pero también que en junio, al volver a Diputados, recibirá la aprobación definitiva. Todas las iglesias cristianas de España y la Federación de Comunidades Judías de ese país se habían pronunciado en oposición al proyecto. El primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero anunció que se halla “preparado para respetar” todo lo que pueda decir el papa Benedicto XVI en contra de la nueva ley.
El texto aprobado modifica 16 artículos del Código Civil español. El principal cambio consiste en reemplazar las palabras “marido” y “mujer” por “cónyuge” y, respecto de la adopción, las palabras “padre” y “madre” por “progenitor”. Además, precisa que “el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.
Los 183 votos a favor incluyeron a los 164 del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a la coalición Izquierda Unida (IU) y otros grupos menores de izquierda. También votaron por el sí los independentistas catalanes de ERC y los del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que había dejado en libertad de acción a sus legisladores. El PNV se había manifestado de acuerdo con equiparar la unión hetero y homosexual, pero estimaba que esta última requería una denominación diferente.
En contra votaron los parlamentarios del Partido Popular, con la excepción de Celia Villalobos, ex ministra de Sanidad, quien se sumó a los votos a favor. De todos modos, el PP admitía “crear una figura jurídica específica para las uniones estables entre personas del mismo sexo” pero “sin alterar la institución del matrimonio”. También se opusieron los diputados de la Unión Democrática de Cataluña y hubo seis abstenciones.
El día anterior, la Federación de Gays, Lesbianas y Transexuales había enviado al Congreso varios informes –incluyendo los de la Asociación de Psicología de Estados Unidos y de la Academia de Pediatría de ese país–, según los cuales la adopción por parejas homosexuales no trae perjuicios a los niños.
El debate fue seguido desde la tribuna por una nutrida barra de integrantes de organizaciones de gays y lesbianas, que portaban un cartel con la leyenda “Habemus Matrimonium”. El nuevo papa, Benedicto XVI, como cardenal se había pronunciado tajantemente contra estas uniones.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo estar “preparado para respetar” lo que pueda decir el Papa al respecto y destacó que “afortunadamente, una de las garantías de la democracia es la libertad religiosa, de opinión y la libertad de llevar adelante un proyecto político con el voto de los ciudadanos. Esa es la grandeza de la democracia”.
En cambio, el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio Rouco Varela, afirmó que la reforma “no es coherente con la democracia”. Ya se habían pronunciado en contra, mediante un comunicado conjunto, la Conferencia Episcopal Española, la Federación de Entidades Evangélicas de España, el Vicariato General de la Iglesia Ortodoxa Griega en Madrid y la Federación de Comunidades Judías de España.
Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE –quien ya había anunciado su propósito de ser el primero en casarse con su pareja gay–, declaró que “España demuestra que otro mundo es posible. Los países no sólo exportan jamones sino también ideas y modelos de sociedad”.
El matrimonio homosexual está legalizado en Holanda, cuya legislación incluye la posibilidad de adoptar hijos por parejas de personas del mismo sexo. En Bélgica, los homosexuales pueden casarse, pero no adoptar hijos. En siete provincias de Canadá tienen permitidos el matrimonio y la adopción, al igual que en el estado de Massachusetts, en Estados Unidos.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, obtenidos en 2001, habría en España unas 10.400 parejas formadas por personas del mismo sexo, pero la Coordinadora Estatal de Gays y Lesbianas observó que la cifra es mucho mayor, ya que el censo sólo computa a quienes lo manifiestan expresamente. Estudios del gobierno español estiman que la nueva ley podría afectar a cuatro millones de ciudadanos.