SOCIEDAD
Un diario íntimo puede echar luz al misterioso caso de Florencia
Desde que desapareció, hace 40 días, no hay rastros de su paradero. Los investigadores apuntan ahora a allegados que están mencionados en su diario personal.
Por Raúl Kollmann
Al cumplirse 40 días de la desaparición de la joven neuquina Florencia Penacchi, los investigadores policiales y judiciales están desconcertados, pero sobre todo va creciendo el pesimismo. En la causa ya han declarado vecinos y varios profesionales que conocieron a Florencia, pero un elemento clave fue un diario íntimo donde la chica menciona las situaciones que la agobiaban: algunos episodios de violencia en su vivienda, adicciones y una vida nocturna intensa. Las hipótesis, en esencia, siempre fueron dos. La primera, que Florencia, angustiada, decidió salir de la escena por su propia voluntad, ausentándose al interior e incluso al exterior. La segunda, que la vida nocturna la haya hecho tropezar con alguien que le hizo daño o la mantiene en cautiverio forzado o dominándola psicológicamente.
Con el correr de los días, la primera de las hipótesis –la desaparición voluntaria– tiende a debilitarse, ya que en algún momento, más temprano que tarde, una joven que huye o decide apartarse de su mundo familiar, laboral y cotidiano, tiende a hacer aunque sea una llamada. A veces, no a la familia sino a una amiga. Pero lo concreto es que eso no ocurrió. Hubo un elemento que abonaba inicialmente la hipótesis del alejamiento voluntario: el día en que fue vista por última vez, Florencia llamó a su trabajo y avisó que no concurriría por sentirse mal. Muestra que, al menos esa vez, tuvo voluntad de apartarse de su vida cotidiana habitual. Según Juan Carr, titular de Red Solidaria, que se ha ocupado mucho del caso Florencia, la situación es incomprensible, aunque “nuestro record es de una chica de 15 años que tres años después de su desaparición llamó desde Brasil diciendo que se había ido a vivir allí con un novio y que estaba embarazada”.
Respecto de la segunda hipótesis, la de un hecho delictivo, quedó completamente desarticulado el intento de cobrar un rescate. Se trató de un vendedor ambulante que vio los carteles en los que Red Solidaria difundía la foto de Florencia y un teléfono al cual llamar para dar información. El sujeto se comunicó aduciendo que tenía secuestrada a la chica y pidió un rescate ridículo, 10.000 pesos. Poco después fue detenido y hoy sigue en la cárcel imputado por el delito de extorsión. Pese a ello, el caso de la desaparición de Florencia sigue siendo investigado por la Unidad Antisecuestros de la Policía Federal.
Los elementos más inquietantes surgen de testimonios, incluyendo los de profesionales que atendieron a Florencia, sobre situaciones angustiosas de su vida. Por lo pronto, trascendió que ella estaba agobiada por hechos de violencia que sufriera por parte de un allegado, y además hay indicios de al menos dos adicciones, el alcohol y los estupefacientes, que la sumían en una constante desestabilización. Es más, según trascendidos de la pesquisa, el último llamado realizado desde su celular, a las tres de la mañana, estuvo relacionado con drogas. Paralelamente, ella evidenciaba notorios cambios de humor, al punto que al menos en un par de ocasiones anteriores desapareció por algunos días, aunque en esas ocasiones tendió a avisar.
Un diario íntimo es hoy fuente de las principales pistas. En ese tortuoso escrito, la joven revela una vida nocturna en distintos boliches, que –según los investigadores– podrían haberla llevado a una situación de peligro, por cuanto menciona distintas relaciones con personas que están siendo investigadas. Una de las alternativas es que se haya ido con un individuo no identificado a la vivienda del sujeto y que allí hubiera sufrido una agresión. La otra posibilidad es que alguien, teniendo en cuenta la fragilidad psicológica de la joven, le haya propuesto irse, incluso al exterior, y ejerza sobre ella un fuerte dominio, prohibiéndole cualquier tipo de contacto con su antigua vida. Pese a todas las evidencias, la desaparición de Florencia sigue siendo un misterio. “Estamos pensando en hacer una jornada entera de difusión del caso –le dijo Juan Carr a Página/12–. Yo diría que en nuestros diez años de existencia es una de las desapariciones más inexplicables. Solemos tener llamadas, incluso si pasó algo malo. Pero en el caso de Florencia el silencio es absoluto, desesperante”.