Aún no se habían repuesto del naufragio del catamarán, en el dique Cabra Corral, el viernes por la noche, cuando la noticia de otra tragedia destrozó el ánimo de los salteños: un micro de la empresa Andesmar, proveniente de Chubut y en camino a Jujuy, embistió de frente a un camión cargado de toneladas de azúcar, en la noche del sábado. El saldo: 16 muertos y 13 heridos, algunos de extrema gravedad. El hecho ocurrió alrededor de las once de la noche, a la altura de la localidad de General Güemes, a unos 50 kilómetros al norte de la capital provincial. Los peritos analizan dos hipótesis: que uno de los dos vehículos intentó pasar a otro cambiando de carril, o que uno de los choferes se durmió.
En poco más de 24 horas, al secretario de Seguridad de Salta, Gustavo Ferraris, le tocó la oscura tarea de informar nóminas de fallecidos y heridos. El viernes por la noche lo había hecho en relación al naufragio del catamarán “Bucanero”: tres pasajeros ahogados y la desaparición de otros dos bajo la superficie del dique Cabra Corral, ubicado a unos 75 kilómetros de la capital. El sábado por la noche asumió el mismo papel, esta vez para notificar sobre el choque.
El accidente ocurrió alrededor de las 23, cuando el interno 22 de la empresa Andesmar, que había partido de Rawson, Chubut, en dirección a San Salvador de Jujuy y a Salvador Mazza, chocó de frente con un camión Volvo cargado de toneladas de azúcar, en la ruta nacional 34, a la altura del cementerio parque de General Güemes, 50 kilómetros al norte de la ciudad de Salta. El camión azucarero, conducido por Eduardo Soriano, de 38 años y oriundo de la ciudad mendocina de Maipú, había partido del Ingenio Ledesma, a 130 kilómetros de Güemes, y se dirigía hacia el sur. El micro había partido unos minutos antes de la terminal salteña. Lo conducía Jorge Segura, y con él viajaba su compañero Hugo Miranda.
Al llegar a la altura del paraje Río Las Pavas, a pocos kilómetros del límite entre Salta y Jujuy, en un sector donde la ruta es recta, se produjo el encontronazo. Los peritos intentan determinar las causas del accidente. Dos hipótesis aparecen como más firmes: “Dado que la ruta es recta, estaba completamente seca, y había buena visibilidad, lo más probable es que alguno de los conductores se haya dormido o haya querido pasar a otro vehículo por la mano contraria”, reflexionó un vocero policial. Versiones de testigos señalaban que el camión avanzaba sobre el carril opuesto.
Los dos vehículos volcaron y quedaron cruzados en medio de la ruta, una montaña de hierros y azúcar en la que se confundían los cadáveres mutilados. “La colisión fue tan violenta que el micro quedó deshecho, una masa de hierros retorcidos, tapado por toneladas de azúcar –relató una fuente policial–. Al principio creímos que eran 20 los muertos porque unos pocos habían logrado salir y se creía que estaban ahí dentro.”
La Seccional 11 de Güemes fue la primera en llegar para pedir apoyo de la policía salteña, jujeña, bomberos y ambulancias. Las unidades de rescate trabajaron durante toda la noche para rescatar a sobrevivientes entre hierros y montañas de azúcar. Los choferes de Andesmar murieron instantáneamente. También otras 13 personas del pasaje, de las cuales seis fueron identificadas: Antonio Alderete (73), Raúl Moreno (de 79 años), Hilda Fernández de Moreno (74), Daniel Mirón Espinoza, Rosa Alderete de Espinoza (40), y Enzo Espinoza, de dos meses.
El secretario de Seguridad salteño, Gustavo Ferraris, informó además que Hugo Mancini, de Mendoza; Lorenza Mamaní, de Tucumán; Federico Gómez, de La Pampa; Eulogio Ortiz; y Alejandro Salazar, de Santiago del Estero, fueron internados en el hospital Joaquín Castellanos, de General Güemes.
Al hospital San Bernardo, de la capital salteña, por la gravedad de sus lesiones, fueron trasladados Eliseo Mamaní, residente en General Güemes; Miguel Gordillo, de 49 años y oriundo de Jujuy; Pío Ortiz, de Bolivia; y Laura Pellegrini, de 55 años y con domicilio en la ciudad de Orán, del norte de Salta. El herido que revestía mayor estado de gravedad era Soriano, el conductor del camión, quien se encontraba en terapia intensivade la clínica SEM ESA, en Salta. Roberto Quispe, su esposa, y sus dos hijos, Eliseo y Yoel, de 10 y 8 años, y Víctor Zerda, salieron milagrosamente ilesos de la montaña de hierros y azúcar.
Además de Ferraris, también otro funcionario repitió su rol entre la noche del viernes y la del sábado: la jueza de Instrucción Sumaria de Quinta Nominación de Salta, Beatriz Renzi, quien investiga las causas del accidente.