SOCIEDAD
› CREEN QUE HUBO ENTREGA EN EL CASO DE LOS REHENES
Con una ayudita de adentro
› Por H. C.
Un plano de la carnicería Nati y del lugar exacto donde se encontraba el dinero que el dueño utilizaba para el pago de proveedores fue hallado en poder de Enrique Luna, el delincuente que el domingo pasado asesinó a un vecino y mantuvo como rehenes a otros tres (a uno de ellos por diez horas) antes de ser dominado. La presencia del plano confirmó la hipótesis inicial de que el asalto que derivó en toma de rehenes había sido planeado con un entregador. El dinero robado, 12 mil pesos, fue recuperado en su casi totalidad. En el asalto y toma de rehenes sólo intervino un delincuente. Su pareja sólo participó como encubridora porque intentó sacar del lugar parte del botín: lo había ocultado en su propio cuerpo. El detenido, Enrique Edgardo Luna Jalil, de 41 años, estuvo preso por robo en varias oportunidades. En la acción de los halcones, nadie resultó herido.
En los últimos 19 años Luna Jalil fue detenido en cuatro oportunidades, había visitado varios penales bonaerenses y tenía 14 causas penales en su contra. Ayer surgieron algunas precisiones sobre el caso ocurrido en Monte Grande. En principio, no fueron dos ni tres sino uno solo (Luna) el delincuente que participó en el asalto a la carnicería Nati. “Entró con mucha decisión –confió a Página/12 uno de los investigadores–, encerró al dueño en unos frigoríficos que había en el fondo y después se dirigió a una oficina donde se guardaba el dinero, lo metió en una bolsa de nylon y se escapó.” Los sábados es el día de pago a uno de los proveedores. Pero el sábado pasado, el proveedor no pudo concurrir. Una de las hipótesis gira en torno del cambio de la fecha de pago. Alguien puede haber vendido la información a Luna Jalil. Alguien que sabía que el pago no se había efectuado y que el dinero había dormido en la carnicería. Descubrir un plano diseñado con exactitud acentuó la sospecha.
A Luna Jalil lo descubrieron cuando corría por los fondos y entraba en la vivienda de Farina 1840 donde tomó como rehenes a Alicia Silva, de 42; su pareja, Marcelo Frecia, y el hijo de Silva, Elbio Díaz. Cuando Luna Jalil fue descubierto intentó hacerse pasar como un amigo de la familia. Según relató después Díaz, “llamó desesperado a su mujer y le dijo que había hecho una macana”. Después llegó la mujer, María Rosa Siracusa. La policía, que ya había rodeado la casa, sospechó y la detuvo. Pero después la dejaron entrar. Más tarde salieron las dos mujeres. A Siracusa la detuvieron, pero la volvieron a dejar libre y volvió a entrar para salir más tarde con Frecia liberado. Luego quedó detenida. Al ingresar, los Halcones lanzaron bombas de estruendo para desorientar al delincuente. Se abalanzaron sobre los dos, hasta determinar quién era el rehén. En poder de Luna había algo menos de 9 mil pesos. A Siracusa le encontraron 2900; 12 billetes de 50 y 230 de 10. Los había ocultado enrolladitos en su vagina.