SOCIEDAD
› CRISIS ENTRE PODERES EN EL CASO DEL COMISARIO ASESINADO OSCAR BEAUVAIS
Una amante sospechosa que se hizo humo
Los de la Bonaerense acusan al fiscal de demorar la detención. El fiscal sospecha que la policía encubre un negocio de narcos.
› Por Raúl Kollmann
La principal sospechosa desapareció y el conflicto que se viene desarrollando desde el primer día por la investigación del caso Beauvais ahora trepó a niveles de confrontación entre el Ministerio de Seguridad y la fiscalía de Lomas de Zamora. Los encargados de la Bonaerense de investigar la muerte del comisario Oscar Beauvais le reclamaban al fiscal Guillermo Morlacchi que ordenara una serie de detenciones y allanamientos contra algunas de las ex parejas del comisario. En especial contra la que es considerada la principal sospechosa: la mujer que convivía con Beauvais, Liliana Acosta. Según los investigadores policiales, las órdenes se demoraron y ahora –siempre de acuerdo con la versión policial– Acosta terminó haciéndose humo, algo que confirmaron en los tribunales de Lomas de Zamora. Junto con Acosta habrían desaparecido de sus domicilios y, según parece, del país, dos de sus allegados, su madre y un novio de ésta, quienes integrarían el grupo sospechado. Desde el lado judicial sostienen que la policía nunca aportó evidencias contundentes, por lo cual la detención y los allanamientos iban a ser insostenibles. Según pudo averiguar este diario, el caso Beauvais se vincula con dinero del tráfico de drogas y con un grupo de ciudadanos paraguayos –nacionalidad de Acosta– relacionado con grandes cantidades de marihuana y con un procedimiento que se realizó esta semana en el que se secuestraron 2800 kilos de esa droga en la zona cercana al lugar donde se encontró el cuerpo del comisario.
Como adelantó Página/12 en exclusiva al día siguiente del crimen, la hipótesis de la Bonaerense es que al final de un fin de semana largo, que incluyó una escapada de Beauvais con una amante, el comisario fue secuestrado presuntamente por un grupo ligado a su pareja, Acosta, que le exigió la clave para abrir una caja de seguridad de la que, después, desaparecieron cerca de 400 mil pesos. Aparentemente el dinero provenía del mundo de la droga. El fiscal Morlacchi mantiene total reserva sobre esta hipótesis, pero es cierto que venía investigando el papel que pudo haber jugado Acosta, su madre y la pareja de ésta.
El choque entre el fiscal y los investigadores de la Bonaerense llegó a su máxima tensión en las últimas semanas, al punto que enviados del ministro de Seguridad, León Arslanian, se entrevistaron con el fiscal general de Lomas de Zamora, Eduardo Alonso, para pedirle virtualmente el desplazamiento de Morlacchi. En principio, Alonso se negó. Y no sólo eso: desde los tribunales de Lomas de Zamora afirman que las evidencias que aportaron los policías son más que débiles, que se asientan en un testigo de identidad reservada que luego declaró lo contrario de lo que le había contado a los policías y que incluso los oficiales policiales admitieron en la causa judicial no tener las pruebas que decían tener. En Lomas de Zamora no faltan quienes piensan en una respuesta de máxima dureza contra los investigadores policiales, incluyendo una denuncia en su contra. Sin embargo, otros están convencidos de que debe hacerse una reunión franca y abierta para poner las cosas en orden.
Detrás del conflicto conviven dos visiones del caso:
- Los investigadores policiales y también el fiscal están convencidos de que una de las parejas de Beauvais –“casi seguro que Acosta”, dicen– actuó como entregadora. Al final de un fin de semana con una amante, al comisario lo encañonaron, le exigieron que entregue la clave para abrir una caja de seguridad y de allí desapareció el dinero. Debe recordarse que a Beauvais se le encontraron más de 300 mil dólares, pero no se sabe exactamente cuánto desapareció de otras cajas y otros fondos que tenía. Además mantenía una relación tirante con algunas de sus parejas y sus familias porque apenas les daba 15 pesos por día para su sustento. Hasta este punto, la explicación del caso y de la ejecución del comisario sería lo que se conoce como una mejicaneada: con complicidad de su pareja, le robaron dinero sucio a alguien que no iba a poder hacer la denuncia por el origen ilícito de la plata. La ejecución se habría producido porque Beauvais reconoció a alguien o simplemente por temor a que él después se vengara.
- Sin embargo, hay otra hipótesis que se baraja en Tribunales y que marcaría cierta tensión con los policías. Beauvais habría estado relacionado con una organización que se dedicaba a traer marihuana desde Paraguay y que tendría la cobertura de uniformados. Esta misma semana hubo un decomiso de 2800 kilos de esa droga y fueron detenidos varios ciudadanos de ese país en el mismo barrio donde apareció el cuerpo de Beauvais. Aunque el procedimiento lo hizo el juez federal de Lomas de Zamora, Alberto Santamarina, en la escena apareció también el fiscal Morlacchi, lo que hace pensar que ambos casos pueden tener relación.
En el marco de la colisión de hipótesis y de formas de investigar, en el Ministerio de Seguridad se quejan de que Morlacchi es lento, restringe las órdenes de captura y allanamientos y que tiene responsabilidad en la huida de la joven Acosta y sus familiares, algo que ya le habían advertido iba a ocurrir. Es más, los investigadores policiales aseguran que tienen datos muy contundentes sobre el lugar donde estuvo secuestrado Beauvais y quienes participaron de la operación. En Tribunales, en cambio, sostienen que las pruebas que traen los policías son débiles y dudosas, y que una filtración realizada por hombres de uniforme produjo la huida de la joven paraguaya.
Los dardos van de un lado al otro: mientras en el Ministerio de Seguridad sugieren que la causa pase a otro fiscal, desde los Tribunales insisten en que deben ponerse otros investigadores policiales y no los actuales.