La forma en la que se mueve sobre la arena o los senderos de madera que cruzan de punta a punta el sector carpas en el balneario La Caseta, anticipan lo que ella después cuenta en forma de catarata, porque cuando habla también es un torbellino. “Me levanto a las 7 para correr y de 9 a 18 trabajo acá en el balneario. ¿Por qué corro? Soy atleta federada, tengo el record provincial en salto triple y también compito en salto en largo.” Marisol Frigerio tiene 18 años, estudia biología marina pero este año comenzará turismo. Los días de verano, Marisol trabaja como camarera. Con su tranco largo, su simpatía y una eficiencia de diez puntos, es la chica top en lo suyo, se trate de llevar hamburguesas o gaseosas o de competir representando a la universidad local. Siempre de buen humor, mantiene una frescura con un toque infantil que le sienta de maravilla. Su única queja, la falta de apoyo al deporte amateur: “Te tenés que ir a vivir a Italia o a Brasil. Conseguir una beca es imposible. Ponelo en la nota, a ver si alguien lo lee y hace algo”. Y sale corriendo para que no se enfríe la comida.