SOCIEDAD › INFORME SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO
› Por Walter Oppenheimer*
Desde Londres
Un deshielo masivo en Groenlandia, hambrunas en Rusia, desplazamientos masivos en Africa. Los riesgos que comporta el cambio climático son en muchos aspectos mayores de lo que se creía, según un estudio elaborado por numerosos científicos y presentado ayer en Londres. El informe detalla los debates y aportes de más de 200 científicos de 30 países en la conferencia organizada por la Oficina Meteorológica del Reino Unido para estudiar cómo evitar los riesgos del cambio climático.
Aunque las cifras de calentamiento que manejan los científicos pueden parecer banales a ojos del profano, sus consecuencias pueden ser enormes. Un aumento de un grado centígrado en la temperatura media del globo puede beneficiar a unas pocas regiones situadas en zonas altas pero perjudicaría a multitud de áreas a nivel del mar, aumentaría la acidez de las aguas, afectaría a toda la cadena alimentaria marina y destrozaría los arrecifes coralinos.
En la actualidad el nivel del mar aumenta a razón de 1,8 centímetro cada 10 años y en 1000 años podría haber aumentado siete metros.
Un incremento de 2,7 grados en las temperaturas locales –equivalente a 1,5 grado en el conjunto del globo– afectaría a la capa de hielo de Groenlandia y, si superara los tres grados, podría desestabilizar los hielos antárticos.
El problema es que esos aumentos de temperatura se pueden producir antes de un siglo, según las proyecciones, que auguran un incremento de la frecuencia y la virulencia de los fenómenos meteorológicos.
Si la temperatura global aumentara en tres grados centígrados, mermarían las cosechas mundiales, se triplicarían las hambrunas en Europa y Rusia, Africa viviría un desplazamiento a gran escala de su población debido al crecimiento de los desiertos, 2800 millones de personas sufrirían problemas de falta de agua, desaparecería el 97 por ciento de los corales marinos, se extinguirían los osos polares y la malaria se extendería por Africa y América del Norte.
Los científicos creen que existe la tecnología para frenar el cambio climático, como las energías renovables o el carbón limpio, pero admiten que su puesta en marcha a gran escala topa con enormes resistencias debido a cuestiones económicas y políticas.
Los científicos, que intentaban cuantificar los límites soportables del calentamiento de la Tierra y las medidas que se deberían tomar para reducir ese problema, consideran muy difícil que se pueda cumplir el objetivo que se había fijado la Unión Europea de estabilizar las emisiones de CO2 para evitar que el cambio climático aumente en más de dos grados la temperatura de la Tierra.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.
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