Scott Hubbard (ex NASA) dirige la cátedra Carl Sagan del instituto SETI. Aquí, habla de Marte y el futuro de los transbordadores.
› Por Mónica Salomone*
Scott Hubbard ocupa desde hace unos días la cátedra Carl Sagan en el Instituto SETI, conocido por su programa de búsqueda de vida inteligente extraterrestre con radiotelescopios. Será, dice, “una vuelta a la investigación en un campo apasionante”, tras una larga etapa como gestor: director del Instituto de Investigación Ames de la NASA y, antes, director del Programa de Marte, que reestructuró por completo tras varias misiones fracasadas. Hubbard concibió la exitosa técnica para aterrizar en Marte usando airbags y participó en la misión que encontró evidencias de agua en la Luna.
–Usted estuvo en el comité que identificó la causa del accidente del transbordador Columbia. El problema que detectaron se volvió a dar en el siguiente vuelo. ¿Qué se está haciendo ahora?
–Es un problema difícil. La espuma aislante que recubre un tubo con cables eléctricos se desprende, así que ahora están rediseñando ese tubo para que no necesite la espuma.
–¿Puede ocurrir que los transbordadores no vuelvan a volar y que no haya un vehículo estadounidense hasta la próxima década?
–La construcción de la Estación Espacial Internacional no puede seguir adelante sin los transbordadores, así que tendrán que seguir volando hasta más o menos 2010. El vehículo que reemplazará a los transbordadores debería estar listo hacia 2012 y la estación deberá estar terminada para entonces.
–¿Es realista la misión anunciada por Bush, de regresar a la Luna y luego a Marte?
–La cuestión es el tiempo. La exploración robótica, con las misiones planetarias, está teniendo mucho éxito; la exploración humana es mucho más cara, irá más despacio. No es un compromiso comparable al de Kennedy cuando la carrera espacial; entonces la NASA tenía casi el 4 por ciento del presupuesto federal y ahora no llega al uno.
–¿Cuáles son los obstáculos para un viaje tripulado a Marte?
–Uno es la cuestión presupuestaria, claro. Luego hay que tener las tecnologías adecuadas, ya sean para los sistemas de soporte vital, como la extracción de oxígeno allí, o para la propulsión. Y está el problema biomédico. Es un viaje de unos tres años, entre la ida y la vuelta. Y hoy por hoy no sabemos los efectos de la falta de gravedad y la radiación en un viaje así. Ese es el problema principal. Por eso hay que hacer estancias largas en la Luna, que está a sólo tres días de distancia y permite volver rápido si hay problemas.
–¿Habrá que esperar que vayan humanos para saber si hubo o hay vida en Marte?
–Muchos científicos creen que no responderemos esa cuestión hasta que no vaya alguien allí, y yo estoy de acuerdo. Los robots aún están muy por debajo de las capacidades humanas para explorar.
–¿Puede poner una fecha para un viaje tripulado a Marte?
–En torno de 2030..., pero no hay nada preciso.
–Ultimamente ha habido varios resultados de las misiones en Marte. ¿Podría resumirlos?
–Hay pruebas indiscutibles de que hubo grandes cantidades de agua fluyendo lentamente por la superficie hace unos mil millones de años. Lo que no sabemos es si por entonces Marte era húmeda y fría, con agua líquida tal vez parte sólo del año, o húmeda y cálida. Eso está aún en discusión.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.
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