Los habitantes de Villa Regina, en Río Negro, creyeron estar dentro de una película cuando el viernes pasado, a las cinco de la mañana, llegó una decena de integrantes de la Brigada de Operaciones Antidisturbios de la policía provincial. Cubiertas sus cabezas con capuchas, vestidos con uniformes de combate y pertrechados con armas largas, descendieron de un vehículo. No iban en busca de un peligroso fugitivo ni a resolver una tensa situación de rehenes. En cumplimiento de una tarea poco usual para ellos, debían llevarse a dos nenes de 4 y 9 años de la casa de su madre y restituirlos a su padre, según les indicaba una orden judicial. Un legislador de la provincia y funcionarios del Ejecutivo pidieron informes sobre el exagerado desempeño policial.

La orden judicial para restituir los chicos a su padre partió del juez de Familia Alberto Cariatore, quien había recibido un exhorto de parte del juez Jorge Cañón, de La Pampa, donde vive el padre. El primer intento por cumplir la decisión judicial fue el martes pasado, pero Cariatore se topó con la resistencia de la madre y de varios familiares. Entonces optó por convocar a la policía y sus fuerzas de elite. “Fue un operativo al mejor estilo de la dictadura militar, entraron como si acá vivieran traficantes de droga”, denunció Domingo Santini, el abuelo de los nenes.

El poco común operativo motivó pedidos de informes a la policía local y al Superior Tribunal de Justicia de la provincia por parte del ministro de Gobierno, Iván Lázzeri, y de un legislador provincial.

“Existía el riesgo de resistencia con armas de fuego”, señaló el juez. Sandra Benito, abogada de la mujer, sostuvo que la tenencia le corresponde desde hace dos años y que la restitución es “equivocada”. “Los chicos llevarán por el resto de sus vidas la imagen de esa madrugada, cuando los policías los sacaron en pijamas de sus camitas y les taparon la boca para que no lloraran”, se quejó.