El viudo de María Marta García Belsunce, Carlos Carrascosa, procesado por el homicidio de su esposa, fue citado para el martes 30 de mayo, a las 9. Ese día se le extraerá sangre para determinar su ADN y luego se hará la comparación con el patrón genético de una de las dos manchas de sangre que se encontraron en el baño donde asesinaron a la socióloga. La medida fue dispuesta por los jueces que integran el tribunal que llevará adelante el juicio oral del caso García Belsunce y es parte de lo que se llama la instrucción preliminar. En verdad, fue el propio Carrascosa quien dio su consentimiento en el momento en que se propusieron las distintas pruebas, porque el viudo se negó a la extracción mientras la causa estaba en manos de su archienemigo, el fiscal Diego Molina Pico, pero aceptó que se haga el análisis ahora que quienes instruyen la causa son los jueces del Tribunal Oral. En realidad, los integrantes de la familia García Belsunce ya se hicieron el estudio de ADN en forma privada, pero ahora será prueba oficial para el juicio oral.

María Angélica Echegoyen, Hernán San Martín y Luis María Ricci son los jueces que integran el tribunal que, tal vez en octubre, encabece el juicio a Carlos Carrascosa. Para preparar ese juicio, tanto el fiscal Molina Pico como la defensa propusieron medidas de prueba. Una de las propuestas por el fiscal fue la realización del análisis de sangre de Carlos Carrascosa para establecer el ADN y compararlo con el correspondiente a una mancha de sangre encontrada en una pared del baño en el que asesinaron a María Marta. La otra mancha de sangre corresponde a una mujer.

Esta prueba fue puesta por Molina Pico en el centro de la investigación y en su momento motivó la negativa de la familia García Belsunce a hacer la extracción porque acusaba al fiscal de parcialidad y creían que iba a utilizar la muestra de sangre para hacer una maniobra. La hipótesis es que hubo lucha entre los asesinos y María Marta, ésta los hizo sangrar defendiéndose con un atizador y producto de esa pelea son las manchas de sangre en la pared. Si ello fuera así, algún testigo debió ver aquel atardecer una herida en la cara o en la cabeza, el cuello o los brazos de Carrascosa. No hay nadie que haya visto tal herida.

Aún así, la prueba de ADN es razonable y cuando el fiscal la propuso ante el Tribunal Oral se encontró con la sorpresa de que el defensor de Carrascosa, Alejandro Cafetzoglus, se manifestó de acuerdo en que se haga. Por ello los jueces dispusieron que se realice la extracción, que fue fijada ayer para el 30.

En realidad, los integrantes de la familia García Belsunce ya se hicieron el estudio en forma privada hace más de un año, justamente para contrarrestar lo que ellos consideraban como un peligro: una maniobra del fiscal. En ese momento recurrieron a una de las mayores autoridades en la materia, la entonces titular del Banco Genético de Datos del Hospital Durand, Ana María Di Lonardo, quien realizó el trabajo científico para determinar los ADN de hijos y nietos de desaparecidos. El resultado de ese estudio fue depositado en una escribanía, pero no tiene la validez oficial que tendrá el que se hará a partir del 30 de mayo.

El resultado del ADN será utilizado en el juicio oral que, según los que conocen los pasillos de los tribunales de San Isidro, podría empezar en octubre o noviembre de este año. El que estará sentado en el banquillo de los acusados será Carrascosa, pero la contienda será entre las dos hipótesis que se ventilarán en ese juicio:

- El fiscal Molina Pico sostiene que Carrascosa mató a su esposa por una cuestión de lavado de dinero proveniente del Cartel de Juárez y que la familia García Belsunce encubrió el crimen por motivos económicos.

- La familia García Belsunce apunta a que el crimen fue cometido por un grupo de vigiladores y un vecino del country, Nicolás Pachelo, que entraron a robar a la casa de los Carrascosa y fueron sorprendidos por María Marta, que volvió antes de tiempo. Actualmente, Pachelo está preso desde hace dos años por robos reiterados, anteriores y posteriores al caso García Belsunce.

Con cuatro años de atraso, alguna luz se empezará a poner en el caso a partir de octubre.