Mié 10.05.2006

SOCIEDAD  › PERPETUA PARA EL HOMBRE QUE COMIO A OTRO EN ALEMANIA

El bocado amargo de un caníbal

› Por José Comas *
Desde Berlín

La audiencia provincial de Francfort condenó a cadena perpetua al técnico de computación de 44 años Armin Meiwes por asesinato, cometido por baja motivación para satisfacer sus instintos sexuales, y profanación de cadáver. El 10 de marzo de 2001, Meiwes mató, con consentimiento de la víctima, al ingeniero electrónico de 43 años Bernd Brandes, tras cortarle el pene e intentar comerlo juntos adobado con sal y ajo. Después, Meiwes apuñaló a Brandes, le cortó la cabeza, lo fileteó y guardó la carne en el congelador. Al mismo tiempo, Meiwes grababa en video toda la escena y mantenía una conversación con el difunto. El asesino y la víctima entablaron contacto a través de los foros de canibalismo en Internet.

El tribunal de Francfort revocó en segunda instancia la sentencia de un tribunal de Kassel que había condenado a Meiwes por homicidio a ocho años y medio. Los abogados de Meiwes anunciaron que recurrirán ante el tribunal supremo alemán. Consideran que se trata de un delito de homicidio a petición de la víctima que tiene una pena de sólo cinco años.

El caso del llamado caníbal de Roteburgo supera la imaginación del más osado guionista de películas de horror. El intento de llevarlo al cine concluyó de momento con una prohibición, impuesta por un tribunal a instancias de Meiwes, a una película basada en los hechos ocurridos el 10 de marzo en la casa de las afueras de Roteburgo.

En su niñez ya vivía Meiwes fantasías de canibalismo. En Internet, el vecino ejemplar entraba por la noche en las páginas de canibalismo. En su PC encontró la policía recetas de cocina como “hígado de joven empanado” y “pene al vino tinto”.

Brandes respondió a uno de los anuncios de Meiwes en Internet: “Busco joven, bien constituido, que se deje devorar por mí. Se desean fotos expresivas”. La cita fatal se realizó en la estación de Roteburgo y de allí se dirigieron a la casa de Meiwes, que procedió a amputar el pene de Brandes y cocinarlo. La ingestión resultó imposible porque estaba muy duro y casi quemado. Para más tarde, habían previsto que cada uno comiese un testículo de la víctima. A la madrugada Meiwes apuñaló a Brandes y le cortó la cabeza, con la que mantuvo una conversación mientras fileteaba el cadáver.

La policía descubrió al caníbal por la denuncia de un internauta austríaco que se encontró las imágenes del descuartizamiento en la red. Para entonces ya había comido veinte kilos de la carne de su víctima.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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