Lo secuestraron en Billinghurst a plena luz de la mañana y tardaron menos de una hora en devolverlo con un balazo en la cabeza y otros seis tiros en el cuerpo. La víctima, Juan Carlos Gallese, de 48 años, caminaba hacia su negocio para comenzar el día, a las 8.30, cuando se le cruzaron en el camino dos hombres armados que lo obligaron a subir a un auto sin dejar de golpearlo y obligándolo a meter la cabeza entre las piernas. Varios vecinos vieron la escena y avisaron a la familia del comerciante, que corrió a denunciar lo que en un comienzo se interpretó como otro secuestro express de los que abundaron en la última semana. Pero un llamado anónimo avisó que había un cuerpo tirado en un pasillo de la villa “El 18”. El crimen, para los investigadores, sería un claro ajuste de cuentas: la víctima no era sólo comerciante, sino también prestamista y sus captores nunca pidieron rescate, directamente lo asesinaron.
La mujer de Gallese, Estela Maris Pennini, de 36 años, fue avisada casi al momento del secuestro de su marido, unas cuadras antes del supermercado, en Coronel Mont y Ombú. Corrió a la comisaría 5ª. Todavía no terminaba de hacer la denuncia cuando a las 9.20 alguien avisó por teléfono que había un cadáver abandonado en la villa “El 18”. Un móvil fue al lugar y constató que se trataba del comerciante. “Tenía un balazo en la nuca, y otros seis balazos en la espalda, en el antebrazo derecho, en el hombro derecho, en la costilla intercostal derecha, en la cadera y en el muslo derecho”, describió uno de los investigadores. Aunque sin dar detalles de cómo trabajaba su marido, la mujer contó que era prestamista y que ya había ejecutado propiedades de algunos clientes que no habían pagado sus deudas.