Mar 15.08.2006

SOCIEDAD  › DIJO QUE SON “CRUELES” QUIENES SE OPONEN AL USO DE CONDONES

Bill Gates, contra Bush y el Papa

En la Conferencia del Sida, el empresario criticó sin nombrar al gobierno de Estados Unidos y al Vaticano, al considerar “irresponsables” las políticas en contra del preservativo.

› Por Emilio de Benito*
Desde Toronto

Cada año se infectan en el mundo cuatro millones de personas con el VIH, el virus que causa el sida. En cambio, los tratamientos sólo llegan a una décima parte, entre 400.000 y 450.000 de nuevos infectados. Debido a este desfasaje, los expertos alertan sobre la necesidad de hacer mayor hincapié en la prevención. Bill Gates, que lidera una fundación contra esta epidemia, criticó duramente las políticas que se oponen al uso de los preservativos y las calificó de “irresponsables” y “crueles” en la XVI Conferencia Internacional sobre el Sida que se celebra en Toronto.

El desfasaje entre la cantidad de infectados y el número de personas que acceden a los tratamientos obliga a hacer de la prevención una prioridad, dijo el hombre más rico del mundo. Y sostuvo que a ello se dedicarán él y su esposa, directores de la fundación que lleva su nombre.

No hubo nuevos anuncios de dinero, pero el mensaje de que la Fundación de Bill y Melinda Gates hacía de la lucha contra el sida su prioridad –sin que ello quiera decir que abandonen otras políticas, como el apoyo a las campañas de vacunación contra enfermedades prevenibles– satisfizo plenamente a los asistentes a la ceremonia. Pero las cuentas no le cierran al fundador de Microsoft. Al ritmo actual, será imposible frenar la epidemia, que añade cada año cuatro millones de nuevos afectados a su lista –desde que comenzó hace 25 años, 65 millones de personas han adquirido el virus, de las que han muerto 25 millones–. “El tratamiento sin prevención es, simplemente, insostenible. Si los 40 millones de personas actualmente infectadas necesitaran tratamiento, y si pudieran recibir el más barato de los disponibles (aproximadamente un dólar al día), ello supondría más de 13.000 millones al año, una cifra inasumible y que además crecerá cada año”, dijo Gates ante los máximos dirigentes de la lucha mundial contra la enfermedad.

La solución es evitar las nuevas infecciones, dijeron Bill y Melinda Gates, quienes se repartieron en partes casi iguales un discurso de cerca de una hora que ninguno de ambos leyó. Y para ello, “hay que dar el poder a las mujeres”, que son ya más del 50 por ciento de las infectadas en los países con mayor incidencia de la enfermedad. Dos son las estrategias que estos “recién llegados” a la lucha contra el sida, como la propia Melinda dijo, proponen. La primera, fomentar los métodos de prevención actuales. La segunda, “desarrollar una píldora oral o un gel vaginal que detenga la infección”, dijo Bill en referencia a dos de los temas estrella de esta conferencia: los microbicidas y la llamada profilaxis preexposición.

Esta necesidad, y el interés de los Gates, se basa en que las deficiencias del actual método conocido como ABC, siglas de abstinencia sexual, fidelidad –be faithfull, en inglés– y condones. “La abstinencia no es una opción para muchas mujeres; tampoco la fidelidad si tu pareja no lo es, y el problema de los condones es que la mujer no puede imponerlo sola”, dijo Bill.

Más al día con los reclamos de los activistas, Melinda arrancó una de las grandes ovaciones de la noche cuando en lugar del ABC habló del CNN: condones, agujas –clean needles, en inglés–, y educación y tratamiento. Melinda Gates no dudó en afirmar que quienes se niegan a promover el uso de condones o el reparto de jeringas limpias entre los usuarios de drogas por vía intravenosa tenían una actitud “cruel e irracional”. “Negar el acceso a los condones no quiere decir que la gente tenga menos sexo; quiere decir que la gente va a tener menos sexo seguro”, afirmó Melinda. La copresidenta de la fundación, que tiene un papel muy activo en esta conferencia, también criticó a los políticos que “por moral” se niegan a tratar a las trabajadoras del sexo. “Salvar vidas es el mayor acto ético posible. Si lo prefieren, que piensen en las mujeres de los hombres que les son infieles, y cuyas vidas ponen en peligro”, afirmó.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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