La familia real y los tabloides del magnate australiano Ruppert Murdoch continúan en guerra. El The Sun publicó en la tapa de ayer una foto del príncipe Enrique acariciando los senos de una presentadora televisiva durante una fiesta que, según el matutino, había tomado lugar este verano en un exclusivo bar londinense. La familia real no pudo negar la evidencia, pero exigió al periódico que rectificase un hecho clave de profundas implicaciones: la fiesta había ocurrido hace tres años. “Le pedimos a The Sun que corrigiese esto”, indicó a la prensa un portavoz de la casa real.

La fecha es esencial porque el periódico alegaba que la novia del príncipe Enrique, Chelsy Davy, estaba en el extranjero en el momento de la foto. “El príncipe va a tener que explicarle una cosa o dos a su novia”, decía el matutino. El problema es que Davy sólo apareció el año pasado en el firmamento de su alteza. De ahí la aclaración de la casa real que tampoco debía estar saltando de alegría con las otras imágenes que publicaba el tabloide. En sus páginas centrales, el príncipe Enrique se muestra muy afectuoso hacia otra de las mujeres presentes. Junto a él está el primogénito Guillermo, un poco más medido en su estilo con el sexo femenino, pero claramente desorientado por el alcohol consumido. Una foto central muestra a Enrique riéndose con gesto de niño feliz y abrazando a su hermano que está con los ojos muy abiertos y una cara entre alucinada y sorprendida, como si el flash lo hubiera agarrado desprevenido.

En una minieditorial junto a las imágenes, el corresponsal de temas reales de The Sun justifica a sus altezas. “Esta es la cara que se suponía que la gente no debía ver. Luego de la muerte de su madre, hubo un pedido público para que se dejara a los príncipes tener una vida normal. Nuestras fotos son una prueba de que lo han conseguido. ¿Qué más normal que una noche divertida?”, escribe.

La explicación no hizo mucha gracia a la casa real. La semana pasada el editor de temas reales de otro periódico del grupo Murdoch, News of the World, fue arrestado por su presunta participación en la interceptación de mensajes de texto y escuchas telefónicas del personal del príncipe Carlos. Por su parte, la presentadora de televisión en cuestión, Natalie Pinkman, amenazó con iniciarle juicio al tabloide por haberle robado esas fotografías y haberlas publicado sin su autorización. Anoche The Sun se limitó a decir que estaba en contacto con la casa real para aclarar algunas cosas de las fotos en cuestión.