El paquete explotó en la sede de Andreani en Formosa. Iba a ser subido a un avión de Aerolíneas. Descartan un atentado aéreo.
› Por Raúl Kollmann
Un paquete, aparentemente de tres lapiceras que contenían pólvora, explotó ayer en una sucursal del centro de Formosa de la empresa Andreani. El estallido se produjo en una sola de las lapiceras y según parece ocurrió porque el empleado pisó la encomienda. Eso le provocó lesiones leves en la mano, el pecho y la cara. El hombre de Andreani anoche mismo fue dado de alta. El paquete estaba destinado a una persona y dirección inexistente de José C. Paz en el Gran Buenos Aires y hubiera sido parte de un envío que se iba a embarcar en el vuelo de las 19 de Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, fuentes de la policía provincial afirmaron que no hubiera hecho ningún daño significativo en la aeronave. Las hipótesis que surgieron en Formosa fueron varias. Algunos afirman que quisieron perjudicar a Andreani y otros evaluaban que se intentaba producir alguna inquietud ya que ayer estaba previsto un acto en esa provincia con la presencia del presidente Néstor Kirchner. El acto fue suspendido anteayer.
El vocero de la policía formoseña, subcomisario Angel Sugasti, le dijo a Página/12 que alrededor de las 15.30 se produjo un estallido a raíz de que un empleado de Andreani manipuló un sobre-encomienda. Los primeros análisis hechos por los peritos oficiales indicaban que el paquete contenía pólvora, por lo que no hubo una explosión sino una especie de fogonazo, que le produjo quemaduras en la mano, el pecho y la cara al empleado. Tras unas horas de atención en el hospital, el empleado fue dado de alta.
Por su parte, el vocero de la empresa Andreani, Carlos Toppazzini, confirmó la información: “No fue una explosión, fue un estallido de pólvora. Nuestro empleado estaba catalogando los paquetes para su envío, cuando se produjo el incidente. Ahora ya está bien”.
Fuentes del Ministerio del Interior señalaron anoche que la dirección en José C. Paz a la que iban destinados los sobres no existe. De manera que la intención de quien entregó la encomienda era provocar algún nivel de inquietud. No está claro si el ejecutor de la maniobra esperaba que el artefacto se activara en la sucursal de Andreani, en el avión o camino al aeropuerto. El nombre y la dirección que figuran como remitentes son falsos y, hasta anoche, no había indicios sobre quién dejó los sobres.
La policía formoseña, los voceros del Ministerio del Interior y la gente de Andreani evaluaron que un eventual estallido no hubiera producido un daño serio en el vuelo. Lo mismo opinó el perito en explosivos Eduardo Frigerio: “El radio de acción es muy pequeño y la forma de provocar el estallido es liberando un resorte, que a su vez acciona sobre una púa y ésta sobre el fulminante. No había peligro de afectar a un avión”.
En Formosa las hipótesis son numerosas. No faltan quienes opinan que el objetivo era crear un clima enrarecido ante la visita de Kirchner. Están también las hipótesis de sabotaje contra las empresas y las teorías conspirativas sobre internas políticas provinciales.
Informe: Luciano Zampa.
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