Ante una audiencia impasible o incluso hostil, Raúl Garré, jefe de Gabinete del Ministerio de Defensa, presidió ayer un acto considerado por el funcionario como “el día ‘D’” del comienzo del lento y trajinado proceso de traspaso a manos civiles del control del espacio aerocomercial, en manos de la Fuerza Aérea. Ante sólo tres uniformados, otros muchos militares o ex militares vestidos de civil y distintos actores vinculados con los pilotos, controladores y expertos en seguridad aérea, Garré, en nombre de su hermana, la ministra del área Nilda Garré, abrió un seminario sobre el tema. Durante el encuentro, que se extendió toda la jornada, varias “mesas de trabajo” analizaron cómo llevar adelante una tarea considerada por Garré como “muy sensible, muy delicada”. Lo único cierto en cuanto a plazos, por ahora, es que en la segunda quincena de enero llegará al país una delegación de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) y que “a fines de marzo, principios de abril”, se podría contar con el proyecto de ley de transferencia. Sigue sin precisarse cuánto tiempo puede llevar el traspaso del mando.

El escenario elegido para las reuniones fue la sede de la Escuela Superior Técnica del Ejército. Cuando se ingresa al aula magna produce cierto resquemor la presencia del busto del general golpista José Evaristo Uriburu. La escuela fue creada por él, en 1930. El inmenso salón donde habló Raúl Garré estaba lleno de personas, pero había una que despertaba todos los comentarios y acumulaba todas las miradas. El ex piloto y actual cineasta Enrique Piñeyro se paseaba despreocupado y respondió con sonrisas a los pocos que se acercaron a saludarlo. Su película Fuerza Aérea S.A., con una fuerte crítica al actual sistema de control aerocomercial y a la institución que lo tiene a su cargo, fue la que aceleró la decisión ya en marcha de la ministra Garré de impulsar el cambio de manos.

Piñeyro, que participó de una de las mesas de trabajo, consideró a priori que la iniciativa “es buena, aunque faltan algunos actores, como ser las organizaciones que nuclean a las víctimas de accidentes”, que se formaron a partir de las tragedias de los aviones de Austral, en Fray Bentos, y de Lapa, en el aeroparque metropolitano. En los corrillos previos a la breve intervención de Garré era obvio el malestar de algunos militares, con uniforme o sin él. “No hay peor astilla que la del propio árbol”, se quejaba un brigadier de uniforme, mientras veía pasar a algunos controladores aéreos, retirados de la fuerza, que hoy apoyan con fervor el traspaso a manos civiles del control del espacio aerocomercial.

Raúl Garré, que concurrió en reemplazo de su hermana, recordó que “desde hace mucho tiempo” –para ser precisos desde 1966, por decreto del ex presidente de facto Juan Carlos Onganía– el control está bajó la órbita de la Fuerza Aérea. Anticipó que el traspaso a un organismo civil estatal será “gradual, progresivo, para garantizar que no se produzcan inconvenientes” en el mientras tanto. Garré, sin entrar en detalles, evaluó que “hay falencias y dificultades que deberán ser mejoradas”. El primer paso fue el viaje que hicieron a Montreal, a la sede del OACI, el jefe de Gabinete y el secretario de Transportes, Ricardo Jaime. Allí acordaron que una delegación de la OACI llegará al país en la segunda quincena de enero “para asesorar a la comisión encargada del traspaso”.

En un plazo de sesenta días, a partir de la llegada de la OACI, debe estar listo “el cronograma del proceso” de transferencia. El instrumento legal para el traspaso tendrá que estar redactado “a fines de marzo, principios de abril”, cuando se hará el anuncio oficial sobre el tiempo para la ejecución del cronograma. En las mesas de trabajo se discutió sobre legislación aeronáutica, seguridad operacional, servicio de tránsito aéreo, Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil, medicina aeronáutica, aeropuertos y sobre la carrera de instrucción y capacitación. Uno de los asistentes a las deliberaciones sostuvo que los debates fueron “ásperos en muchos casos”. Por algo el jefe de Gabinete habló en términos bélicos. Dijo que el de ayer fue “el día ‘D’” de un traspaso que tiene y tendrá sus bemoles. El traspaso, según cálculos optimistas, podría estar concluido a fines de 2008. Un dato: cuando Garré terminó de hablar, nadie aplaudió, como se estila en reuniones como la de ayer.