En tres horas, cayeron 150 milímetros de agua, casi lo que llueve en todo enero. Desbordaron ríos y arroyos y quedaron bajo el agua poblaciones del sur y el este de la provincia. El número de familias afectadas asciende a 20.000.
La caída de 150 milímetros de agua durante tres horas dejó bajo el agua a buena parte de la provincia de Tucumán. Los pueblos del sur y el este del territorio fueron los más afectados por la crecida repentina de los ríos. De esa región, se evacuaron alrededor de cinco mil personas, pero –según estimaciones de Defensa Civil provincial– el diluvio afectó a unas veinte mil familias. Hubo una víctima fatal: un trabajador que fue arrastrado por la correntada. Aunque a primera hora del día el gobernador José Alperovich declaró en emergencia al territorio y pidió auxilio al gobierno nacional, al promediar la jornada, desde el gobierno aseguraron que la situación estaba “controlada”, pese que en algunas regiones continuaba vigente el alerta meteorológico y los numerosos cortes de ruta producidos por el agua impedían el rescate de muchas personas.
“Esperemos que el tiempo nos perdone”, rogó Ana María Cadiñanos, directora del Area Programática Sur del Sistema Provincial de Salud, en declaraciones a Página/12. La funcionaria estuvo al frente del operativo de rescate en localidades como Alberdi, Montero y Concepción, donde se registró la mayor cantidad de evacuados. Mientras que en la capital fueron unas 300 las personas que debieron abandonar sus casas inundadas, en Concepción, ubicada a 76 kilómetros de San Miguel de Tucumán, se auxilió a 700. “Muchas familias se autoevacuaron en los centros que ellos ya conocen. Otras tuvimos que ir a buscarlas en camiones y lanchas. Después hay regiones en las que todavía no pudimos ingresar”, describió.
El temporal de lluvias se desencadenó el miércoles pasado a las 22 y se mantuvo con intensidad hasta la 1 de ayer. Esto provocó el desborde de ríos y arroyos y la inevitable inundación de los barrios. El agua que bajaba de los ríos Colorado y Salí, de norte hacia el sur de la provincia, arrasó con todo lo encontró en su paso. Carreteras destruidas, casillas precarias levantadas de cuajo, caída de cableado eléctrico fueron algunas de las consecuencias de esta tormenta sin precedentes.
Según datos del Servicio Meteorológico local, la lluvia que afectó a la provincia fue la más abundante de las últimas décadas, ya que el promedio de precipitaciones del mes de enero está ubicado en 196 milímetros y el miércoles, en pocas horas, cayeron 150.
El agua también se llevó la vida de un hombre, que fue arrastrado por las aguas del río Gastona. La víctima se llamaba Ricardo Lescano, obrero de 48 años, que estaba cuidando una casilla de la Dirección Provincial del Agua, en Concepción. Para otro vecino tucumano, el temporal se convirtió en una trampa mortal, ya que no pudo ser trasladado a un hospital para ser asistido por la enfermedad que padecía.
Las escuelas, hospitales y centros vecinales de toda la provincia son los puntos donde están albergadas las familias evacuadas. A última hora de ayer se esperaba la llegada de elementos de primera necesidad despachados por el gobierno nacional para ayudar en la emergencia, ya que los elementos distribuidos por la administración provincial no alcanzaron para asistir a la gran cantidad de damnificados. “No se consiguen colchones ni pañales. Esta situación rebasó el stock que teníamos en los depósitos, que estaban llenos”, señaló ayer por la mañana José Alperovich. La ayuda llegó poco tiempo después desde el Ministerio de Desarrollo de la Nación que envió colchones, frazadas, ropa, chapas y alimentos, además de un equipo de técnicos y profesionales especializados en este tipo de desastres naturales.
“En este momento, podemos decir que hay cierta tranquilidad. Ahora hay que empezar a evaluar las consecuencias y asistir a la población”, señaló a este diario César Acuña, subdirector de Defensa Civil de la provincia, organismo que junto a Bomberos Voluntarios y personal de Vialidad local auxilió a los damnificados. Acuña informó también que se restableció el servicio eléctrico que por razones de seguridad había sido interrumpido en siete mil viviendas.
La crecida del río Dulce en territorio tucumano podría traer consecuencias para la población de Santiago del Estero. Así lo informó el comité de Defensa Civil de esa provincia, que advirtió sobre posibles desbordes e inundaciones.
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