Lun 29.01.2007

SOCIEDAD  › PRUEBAN QUE SALDAÑA NO SE SUICIDO SINO QUE FUE COLGADO EN UNA CELDA

Las pericias que faltaban en Ramallo

Saldaña sobrevivió a la masacre de Ramallo pero apareció colgado en una celda de la comisaría del pueblo ese mismo día. Conocía los lazos de la banda con la policía. Una pericia de la Corte bonaerense demuestra que lo asesinaron. Se disparan las sospechas.

› Por Horacio Cecchi

Más de siete años después del último disparo de la masacre de Villa Ramallo, la muerte de Tito Saldaña, el asaltante que apareció colgado en la celda de la comisaría 2 del pueblo, empieza a hablar: un dictamen de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte demuestra que el joven fue golpeado en la cabeza para adormecerlo y luego estrangularlo por detrás y colgarlo de una reja del techo a la que él mismo no hubiera llegado por sus propios medios. Tanto esfuerzo tiene su explicación: Saldaña era quien tenía los contactos con la estructura policial y quien podía revelar que, efectivamente, el asalto al Banco Nación había sido planeado por estructuras policiales mucho más elevadas que un simple cabo. El golpe anestésico fue determinante para matarlo y simular un suicidio. Como había anticipado este cronista en agosto de 2000, de las pericias planimétricas de Gendarmería se desprendía que para el suicidio pretendido por el gobierno duhaldista y la Bonaerense, Saldaña tenía que ser un eximio contorsionista de circo. “Faltaba que alguien aceptara que lo habían anestesiado de un golpe en la cabeza –dijo a Página/12 Luis Valenga, abogado de la madre de Saldaña, quien venía batallando por el reconocimiento pericial desde noviembre de 2002–. Pero ningún perito estaba dispuesto a firmar lo que en la primera autopsia ya era una obviedad.”

Desde que Tito Saldaña logró eludir la lluvia de balas policiales a la salida del Banco Nación de Villa Ramallo hasta su muerte pasaron no más de 10 horas y media. A las 4.08 del 17 de septiembre de 1999 se escuchó el último disparo, seco y alejado, de la masacre de Villa Ramallo, y a las 14.30 fue descubierto colgado en su celda de la comisaría 2. En el medio, el mejor testimonio de su muerte lo dio su cuerpo, las marcas sobre su cuerpo, marcas que salvo el perito de parte Gustavo Games y el abogado Luis Valenga nadie quiso leer. Hasta el 26 de diciembre pasado, cuando la perito de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte bonaerense, María Noms, firmó su dictamen resignificando los hechos que llevaron a la muerte de Saldaña y, por obvias razones, reabriendo las líneas que apuntan sobre la confabulación político-policial que derivó en la masacre.

Tito Saldaña apareció colgado en la celda, la única con techo enrejado en la comisaría. Saldaña apareció colgado de esas rejas mediante el cotín de un colchón anudado a su cuello, con un golpe superficial en la cabeza un poco por encima de su frente, con las piernas apoyadas sobre el catre y no del todo extendidas. Las rejas se encontraban a 2,34 metros del catre de cemento, según describieron las pericias de Gendarmería. No había bancos y el único elemento con el que podría haberse ayudado Saldaña para alcanzar el techo y hacer el nudo eran dos colchones que estaban prolijamente colocados parados contra la pared, a un costado del catre, lo que los invalidaba, ya que ni se hubiera preocupado en ordenar antes de su suicidio ni le hubiera sido posible aun queriendo hacerlo.

La perito Noms reunió las dos autopsias, que ya evidenciaban el golpe en la cabeza, la pericia planimétrica de Gendarmería y los reclamos insistentes de Valenga y Games. Determinó que, tal como lo había descripto Gendarmería, el nudo del cotín era del tipo “as de guía de seno”, que para la ocasión no era corredizo. Sin embargo, el lazo estaba completamente cerrado sobre el cuello de Saldaña, tal como lo demostraba la marca de estrangulamiento completa y con presión ejercida desde atrás. “Estrangulamiento es cuando el cierre es completo y se hace siempre desde atrás, y es típico del homicidio –explicó Games a este diario–. Ahorcamiento es cuando, al colgarse, el nudo corredizo no termina de cerrar, la marca de la soga no es horizontal y la marca del dogal (el nudo) aparece más arriba que la marca de la soga. Cuando es estrangulamiento es horizontal, cierra completo y la marca aparece por detrás.”

–Pero si el nudo no fue corredizo, ¿cómo cerró hasta la asfixia?

–Eso es lo que se demuestra. Le hicieron el nudo al momento de asfixiarlo –dijo Games–. El nudo es tan complejo que para hacerlo tenían que dormirlo de un golpe.

Allí empieza a tallar la marca de la Anestesia de Brouardel que todos los peritos describían pero a la que nadie le daba esa significativa entidad.

Las pericias de Gendarmería habían sembrado dudas sobre el supuesto suicidio pero no completaron el cuadro. Un hombre del mismo tamaño y el mismo peso de Saldaña había intentado colgar la soga de la reja. No pudo hacerlo arrojando la soga a través de la reja porque no podía fijar el nudo que apareció muy próximo a la reja. Tampoco, determinó Noms, podría haberse colgado para atar el nudo con la otra mano porque por un lado las rejas tenían una arista superior y lastimaban la mano, y por el otro resultaba imposible anudar con una sola mano. Además, como ya se informó, la marca de la soga no hubiera sido horizontal, como sí aparecía en el cuello de la víctima.

“Para realizar todo ese trabajo tenían que anestesiarlo y eso es lo que hicieron –señaló Valenga–. El golpe que definió Games aparece desde la primera autopsia pero nadie lo relacionó y cuando nosotros lo señalamos, nadie lo quiso firmar.”

Hasta el dictamen de Noms, el golpe en la cabeza era vinculado de un modo demasiado tenue por los peritos oficiales. En la pericia de Gendarmería señalaban que el golpe se lo había dado contra las paredes durante las convulsiones previas a la muerte. “De haber sufrido un episodio convulsivo –sostuvo Noms– hubiera golpeado en los laterales de su cuerpo o cabeza y no hubiera quedado en la posición en la cual se lo encontró, prolijamente parado sobre el camastro, con ambos pies apoyados en el mismo y una discreta flexión de su pierna derecha”, además de recordar la perito que para golpearse en la frente debería haberse colgado de frente a la pared y no de espaldas. “En tercer lugar –agregó Noms–, no debe dejarse de mencionar la forma redondeada, de bordes netos, del impacto en el cráneo que pareciera reproducir el elemento productor. (...) Deberá así considerarse la hipótesis de la anestesia previa de Brouardel, sumado esto a las observaciones que se describieron en relación al lugar del hecho y las características del dogal y del surco que presentaba la víctima.”

Más de siete años después de silenciado, el cuerpo de Tito Saldaña comenzó a hablar. En principio, está diciendo que la impunidad funciona cuando los funcionarios no leen lo que deben leer. Pero, además, significa automáticamente su muerte en otra dirección, no la casual de la supuesta depresión de la víctima ni la de la negligencia de un sargento, sino una muerte con el único sentido de silenciar.

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