SOCIEDAD › CONFIRMAN QUE LA TRAGEDIA FUE UN ACCIDENTE Y NO UN ATENTADO
Fuentes de la empresa AUSA aseguran que la combi iba a un promedio de 120 kilómetros por hora, por sobre la máxima permitida. Los familiares de las víctimas rechazaron esa versión. Según la autopsia y las víctimas murieron por el golpe y no por quemaduras.
› Por Carlos Rodríguez
Tanto la Justicia como los deudos y representantes legales de las víctimas consideraron que fue “un accidente de tránsito y no un atentado” la tragedia ocurrida, en la madrugada del domingo, en la autopista 25 de Mayo, donde murieron trece personas, entre ellos los integrantes del grupo de cumbia peruano Néctar. “La causa fue caratulada homicidio culposo reiterado, y si bien hay que esperar el resultado de las autopsias y hay que realizar la pericia accidentológica, por ahora la única hipótesis es la del accidente de tránsito”, sostuvo una fuente allegada al expediente, en manos de la jueza María Rita Acosta. Ayer fueron dejados en libertad los conductores de los dos automóviles que participaron del incidente que terminó con la caída desde la autopista de la combi Mercedes Benz en la que viajaban las trece víctimas, aunque siguen en la causa imputados por “homicidio culposo”, un delito excarcelable. “Se van a investigar todas las hipótesis, pero no tenemos conocimiento de la existencia de ninguna mafia relacionada con el hecho”, sostuvo Gregorio Dalbón, abogado querellante en representación de Patricia Vildozola, viuda del percusionista Miguel Porras. Las mismas palabras fueron pronunciadas, en una conferencia de prensa, por Davis Orosco, hijo de Johnny Orosco, el creador del grupo peruano. Todos desmintieron lo dicho en la ciudad de Lima, por el supuesto responsable de prensa del grupo, Víctor Valladares, quien hizo referencia a un posible atentado.
Aunque la causa sigue bajo secreto de sumario, una versión señaló que las trece personas murieron como consecuencia de los traumatismos sufridos por los choques y la posterior caída al vacío, sobre una cancha de tenis, luego de romper el guardarrail de la autovía. Los cuerpos estaban incinerados por el incendio posterior, pero la autopsia realizada por el Cuerpo Médico Forense habría demostrado que ninguna de las víctimas tenía en las vías respiratorias lo que los peritos denominan “negro de humo”. Esto es lo que indica la existencia de signos vitales tras el comienzo del fuego.
Fuentes de la empresa estatal Autopistas Urbanas SA (AUSA) dijeron que las “pericias preliminares” indicarían que la combi, al momento del accidente, circulaba “a una velocidad promedio de 120 kilómetros por hora”, superior al límite de 80 kilómetros horarios establecido como tope para los vehículos pesados o que transportan pasajeros (ver recuadro).
Esta afirmación fue desmentida enfáticamente, en la conferencia de prensa, por Dalbón y por el perito Eduardo Frigerio, que representará a las víctimas cuando se realicen las pericias destinadas a establecer las circunstancias en las que ocurrió el accidente. “Nadie puede afirmar que iban a 120 kilómetros horarios cuando todavía no se hicieron las pericias correspondientes y por lo tanto no se sabe si había huellas de neumáticos sobre la autopista. Es una falsedad lo que dice AUSA”, recalcó Dalbón.
La versión de la empresa se basaría en el ticket fiscal que está en su poder y que señalaría que la combi pasó a las 2 de la mañana, 57 minutos y 47 segundos por el peaje de la calle Avellaneda. Desde ese punto habría recorrido 8500 metros hasta el lugar del accidente, que ocurrió, según la misma versión, a las 3.01. De este cálculo surgiría que la combi iba a una “velocidad promedio de 120 kilómetros” por hora.
La estimación realizada por las fuentes de AUSA señala que un vehículo similar a la combi, con 13 ocupantes a bordo, puede tener un peso de “tres toneladas con el centro de gravedad más elevado que el de los vehículos livianos y con ángulo de impacto incidencia de 40 grados”, todo lo cual “supera la capacidad de resistencia y contención que tiene la barandilla”. Alude así al guardarrail que se rompió por el impacto y que no pudo impedir que el vehículo cayera desde una altura superior a los diez metros, hasta estrellarse contra una pared de 30 centímetros del Pasco Tennis, sobre el que se precipitó la combi.
Además de considerar “apresurada y tendenciosa” la versión de AUSA, el perito Eduardo Frigerio cuestionó que en la Autopista 25 de Mayo existan guardarrails metálicos. Frigerio, que representará a las víctimas en la pericia accidentológica ordenada por la jueza Acosta, a solicitud de la fiscal Estela Andrades de Segura, sostuvo que son “mucho más seguros” los bloques de hormigón, de 60 centímetros de alto por 60 de ancho, que separan los carriles contrarios “en la mayoría de las autopistas”. Frigerio dijo que todavía no se hicieron “las pericias necesarias como para sacar conclusiones sobre lo ocurrido el domingo”.
Recordó, al mismo tiempo, que “además de las pericias para determinar la trayectoria y la velocidad de los tres vehículos involucrados, hay que tener en cuenta las cuestiones ambientales, es decir todo lo relacionado con las condiciones de seguridad del trazado en el cual ocurrió el accidente”. Criticó el estado de la seguridad vial en general y en ese sentido precisó que “para el año en curso las previsiones dicen que habría una cifra cercana a las diez mil muertes en accidentes de tránsito. En la actualidad, las pérdidas por accidentes en las rutas son equivalentes al 3 por ciento del PBI” (Producto Bruto Interno).
Ayer, la jueza María Rita Acosta dejó en libertad a los conductores del Fiat Palio gris y del Mitsubishi Colt azul que participaron del choque en la Autopista 25 de Mayo. La hipótesis que se sigue es la del accidente y por el momento no se tiene en cuenta la denuncia hecha, ante el diario El Comercio de Lima, por el supuesto jefe de prensa del grupo Néctar, Víctor Valladares, quien aseguró que se trató de “un asesinato” cometido por “una mafia” que obligaría a las bandas de cumbia a pagar el 25 por ciento de la taquilla a cambio de seguridad. Ayer, el hijo de Johnny Orosco, fundador del grupo, negó que los músicos tuvieran un encargado de prensa. La afirmación fue ratificada por el abogado de la Asociación de Compositores del Perú, Oscar Raez, y por el ex agregado comercial de la embajada de ese país en Buenos Aires, Carlos Echevarría.
Hasta el momento sólo fue posible reconocer a cuatro de las víctimas: el empresario Juan Murillo, que conducía la combi; su asistente Harold José Montenegro Pariano; la empresaria Miriam Ovillo Marín y su ayudante Lidia Beatriz Aucaruli Ramírez. Aún resta la identificación del líder del grupo, Johnny Orosco, su hermano y bajista Enrique Orosco, los percusionistas Miguel Porras y Pedro Torres, el animador Pedro Pablo García, el guitarrista Daniel Cahuana, el tecladista Pascual Rayme, el baterista Juan Carlos Marchand y Ricardo Hinostroza. Dalbón y los familiares de las víctimas solicitaron ayer, en forma pública, una audiencia con el presidente Néstor Kirchner para que se aceleren los trámites para identificar a las víctimas. La Cancillería peruana tramitaba el envío de muestras de sangre de los familiares para realizar esa tarea.
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