SOCIEDAD › LAS DOS MIRADAS SOBRE EL JUICIO
Vecinos del country fueron citados por la querella para contar lo que saben de Pachelo. También declaró la hermana de María Marta. Dos visiones de los testimonios.
DIA DE TESTIGOS POCO CONVINCENTES
Por Horacio Cecchi
La audiencia de ayer fue una radiografía de las argumentaciones de la defensa: reveló hasta la médula la estrategia acusatoria anti Pachelo. Y lo hizo de un modo tan simple que hasta la propia argumentación se volvió tautológica. Cómo explicarlo. La señora Teresa Hortensia Inés Flouret, socia de El Carmel, en ese ánimo descriptivo del terror que provocaba Nicolás “Loch Ness” Pachelo entre los socios, aseguró que la propia María Marta les recomendaba a todos que, aunque no tuvieran pruebas, hicieran denuncias, denuncias y más denuncias contra Nessie porque la acumulación de denuncias montaría la sospecha sobre una persona. Como calcado por la defensa. Fuera de esta revelación, ayer concurrieron María Laura, hermana mayor de MM, que aseguró que Pachelo la había amenazado, y el encargado de la caja del bar de la Esso, sobre la Panamericana, que sostuvo que al día siguiente de la muerte de MM, cuando todavía había sufrido muerte natural contra la canilla, Pachelo se había acercado a preguntar a los mozos si sabían algo sobre el asesinato de una mujer en el country. El testigo, Walter Mantovani, tuvo que aceptar, sin embargo, que a esa altura ya eran muchos los socios que hablaban de un crimen.
Los niveles de convocatoria de la querella siguieron estables. De la lista de once testigos citados, ocho estuvieron ausentes con o sin aviso. La primera de los concurrentes, doña Flouret, socia de El Carmel desde hace 16 años, versó sobre la reunión de socios previa al golpe de canilla, en la que se trató la suspensión de Nessie como socio. Flouret se “floureó” sobre versiones, amenazas, robos de perros y todo el bagaje conocido. Pero el fiscal Molina Pico preguntó si habían hecho denuncias contra Pachelo, y Flouret dijo que no, porque al no haber pruebas “la denuncia era infundada”. Y dijo que la idea de las denuncias era de “María Marta, que nos decía a todos los que tuviéramos agravios contra Pachelo que denunciáramos aunque no tuviéramos pruebas, porque la acumulación de denuncias aumentaría las sospechas”. Maravilloso estilo implementado por Goebbels y puesto en práctica durante el Proceso.
El que siguió fue Walter Mantovani, mozo del bar de la Esso. Su testimonio fue descriptivo del lunes siguiente del crimen, cuando Pachelo preguntó si alguien había escuchado algo sobre el asesinato de una mujer en el country, cuando la versión familiar sustentaba el tropezón con el grifo. “Sí, es cierto, ese día muchos vecinos también hablaban de un crimen, entre ellos la señora Sanjurjo”, admitió Mantovani, mencionando a la vecina a la que Pachelo describió como “chusma de country”.
Pasadas las dos de la tarde, llegó María Laura, hermana de MM, quien no pudo asistir durante la mañana al juicio por el asesinato de su hermana porque tenía que dar clases de gimnasia. De su testimonio pudo conocerse el pánico que le tenían a Pachelo. Lo conoció, dijo, cuando con su marido, el Yayo Zarracán (declara hoy), almorzaban en Paseo Alcorta y se les acercó un tipo que les dejó un plato con sobras mientras les decía “esto es para Carlitos, que se debe estar cagando de hambre en la cárcel. Soy Nicolás Pachelo”. “Fijate qué impunidad”, comentó ML al tribunal. Lloró, dijo que lo denunció por amenazas y por recomendación de su hermano Horacito, que esa vez sí estuvo convencido de ir a la policía. ML se puso muy nerviosa cuando el fiscal le preguntó por la ropa de MM manchada de sangre que ella había ayudado a cambiar, dijo que se sentía violada porque “cualquiera puede decir cualquier cosa de nosotros y no pasa nada, y yo tengo que bancarme todo eso. Esto es una tortura”.
TESTIMONIOS QUE CERCAN A PACHELO
Por Raúl Kollmann
La mañana siguiente a la muerte de María Marta García Belsunce, el sospechado vecino Nicolás Pachelo le preguntó al empleado de Coffee Break, donde desayunaba casi siempre: “¿Saben algo de la mujer que mataron ayer en el country?”. Como es obvio, a esa altura nadie sabía que a MM la habían matado, lo único que se conocía era que murió en un accidente doméstico. En la causa judicial, hay testimonios de otras dos personas que escucharon esa pregunta y el propio Pachelo exhibió una gruesa contradicción: dijo que él ni se había enterado de la muerte de MM. Una vecina del country, Teresa Flouret, relató las acusaciones que existían contra Pachelo antes del crimen: el robo del perro de MM, hurtos de cuatriciclos, de una computadora, de palos de golf. Todo derivó en que se decidiera promover su salida del country y ponerle una custodia que lo vigilara todo el tiempo. El domingo del crimen, ese vigilador, que debía seguirlo, fue enviado a otro country, Martinica.
La defensa del viudo Carlos Carrascosa y los abogados de la madre de María Marta reiteran, ahora a través de testigos, que desde que se supo que a MM la habían asesinado existían numerosos indicios de que Pachelo podría estar involucrado. El fiscal Molina Pico nunca profundizó la investigación en esa línea, pese a que los hombres de la Policía Bonaerense le insistían en que se trataba de una pista muy consistente y hasta el juez Diego Barroetaveña le deslizó que debía profundizar en otras líneas de la pesquisa. El fiscal sólo apuntó a los García Belsunce. Como cometió el error de no ordenar la autopsia de inmediato, necesitaba demostrar que no fue un error, sino que la familia lo engañó.
La defensa y la querella se plantan ahora ante los jueces con el siguiente mensaje:
- No hay una sola prueba de una pelea entre Carrascosa y MM, nunca nadie vio al viudo con un arma, no existe una razón por la que él la matara, no hay testigos que lo hayan visto entrar o salir de la casa a la hora del homicidio y hasta la madre, el padre y todos los hermanos de MM están del lado de Carrascosa, algo que sería inédito, porque los padres de una mujer no suelen defender a su yerno cuando tienen la menor sospecha.
- En cambio, en el country había un vecino –Pachelo– que era famoso por sus robos, que hubo que ponerle vigilancia especial, que amenazaba de muerte, que le robó el perro a MM y le pidió dinero para devolverlo, que terminó preso, condenado a cuatro años y tres meses de prisión, por ocho robos cometidos en las casas de sus amigos y vecinos. Para redondear, Pachelo declaró que no estaba en el country a la hora del crimen y hay pruebas concluyentes de que se lo vio cerca de MM a minutos del asesinato.
En este cuadro de situación, es obvio que la defensa y la querella no buscan una condena de Pachelo –imposible en este juicio–, pero sí mostrar que la investigación fue unilateral, injusta, sin la menor objetividad. Y ayer agregaron indicios:
- La hermana de MM, María Laura. “Pachelo me amenazó dos veces. Se acercó a mi mesa en el Paseo Alcorta y me dio un plato de sobras. ‘Esto es para Carrascosa, que se está cagando de hambre en la cárcel.” En otra oportunidad le gritó: “Vos que vas a llorar a la televisión, los voy a matar a todos”.
- La vecina Flouret enumeró los hechos en los que participó Pachelo, robos, destrozos, extorsiones, que llevaron a la comisión del country a considerarlo un “indeseable”.
- Luego declaró el ex empleado de Coffee Break, Walter Mantovani, que relató la pregunta sobre la mujer que mataron en el country cuando nadie sabía que se trató de un asesinato.
Ninguna de estas declaraciones son pruebas contundentes ni lapidarias. Pero muestran lo que se quiso investigar y lo que no se investigó.
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