SOCIEDAD › MATO A SU EX MUJER Y A SUS DOS HIJOS Y LUEGO SE SUICIDO
El drama comenzó el martes al mediodía, en Caballito. Un hombre con antecedentes de violencia familiar mató a golpes a su ex mujer y a su hijo de 3 años. Ayer retiró a su hija del colegio, la llevó a un hotel en Chacarita y allí la mató. Luego se suicidó.
› Por Carlos Rodríguez
Entre el mediodía del martes y la tarde de ayer –en dos etapas a cual más terrible–, un hombre que tenía antecedentes de violencia familiar mató a golpes primero a su ex mujer y a su hijo menor, de 3 años, para luego asesinar de un balazo a su hija de 6 años y, posteriormente, suicidarse arrojándose por la ventana de un hotel del barrio porteño de Chacarita. La tragedia comenzó a gestarse cerca de las 12 del martes, cuando Gabriel Hernández, de 34 años, llegó a la casa de su ex mujer, Verónica Andrea Tuna, de 32, en el pasaje El Maestro número 5, en Caballito. En el interior de la vivienda, el hombre atacó a su ex mujer y a su hijo Iván, golpeándolos con un palo de amasar hasta quitarles la vida. Luego se fue, dejando los cuerpos adentro de la bañera. El asesino fue después al colegio donde iba su hija mayor, Andriela, de 7, y se la llevó, como si nada hubiera pasado. Al otro día, en un hotel de Corrientes y Olleros, mató a la pequeña de un balazo y luego se suicidó tirándose por una ventana. Aunque desde la noche del martes se sabía que era el autor de los primeros dos crímenes, Hernández no pudo ser detenido por la policía, que lo estaba buscando, y eso permitió que se concretara el segundo capítulo del drama familiar.
Los cuerpos de la mujer y del hijo menor fueron encontrados, alrededor de las 20, por el suegro del asesino, que había concurrido al edificio alarmado porque su hija no respondía a sus llamados al teléfono celular. Con la ayuda del portero, y utilizando una copia de la llave, pudo entrar al departamento “B” del primer piso, donde encontró los dos cadáveres en la bañera, tapados con un colchón. Una fuente policial comentó que si bien el doble crimen se cometió “en pleno día, en un edificio de departamentos, los vecinos dicen que no escucharon gritos ni ruidos extraños”. Desde el hallazgo de los cuerpos, la policía se puso a buscar al ex marido y padre de las víctimas, dado que tenía “antecedentes de violencia familiar, con una personalidad obsesiva y muy celosa”. Además, había dejado una carta manuscrita en la cual asumía los asesinatos y, según dijeron fuentes de la investigación, “explicaba los motivos de su decisión”.
La policía realizó allanamientos infructuosos en Hipólito Yrigoyen al 2900, del barrio de Balvanera, donde vivía la madre de Hernández, y en la ciudad bonaerense de Trenque Lauquen, donde residía el autor de los crímenes. Las dos primeras víctimas habían sido golpeadas en todo el cuerpo. Cerca de los cadáveres encontraron un palo de amasar ensangrentado que habría sido utilizado por el asesino. El ex marido de la mujer fue visto cuando entraba al departamento del pasaje El Maestro, el mediodía del martes. “Era una persona de gran físico, que medía 1,80 metro. Los familiares dicen que estaba desocupado y que tenía alteraciones psíquicas”, explicaron a este diario fuentes de la investigación.
El matrimonio se había separado hacía dos años y los hijos quedaron bajo la custodia de la mamá. El portero del edificio de El Maestro relató que el suegro del autor del triple crimen le confirmó que había concurrido a la casa de su hija “porque le mandó varios mensajes por teléfono y ella no los había respondido; el padre me dijo que la había estado llamando desde las cinco de la tarde porque se tenían que encontrar y ella no había llegado al lugar de la cita”. Los familiares dijeron que la pareja tenía “una relación conflictiva motivada por las actitudes del hombre, que rara vez estaba a solas con sus hijos”, confió una fuente policial.
Martín Tuna, hermano de la mujer asesinada, explicó que su ex cuñado “en los últimos tiempos no había tenido actitudes violentas, pero desde hace dos años estaban separados porque era celoso y obsesivo con ella. El visitaba a los chicos, pero nunca se iba solo con los nenes a ningún lado, salvo alguna eventualidad”. De acuerdo con su versión, el papá de los chicos “era un hombre que tenía problemas psicológicos y con mi hermana era muy posesivo, a veces no dejaba ni que los familiares viéramos a los hijos, ni que les habláramos, ni que les regaláramos juguetes”.
El hermano de la mujer asesinada también informó que su ex cuñado “no hacía nada, no tenía trabajo. Desde que se separaron con mi hermana lo vimos muy esporádicamente. Estuvo viviendo un tiempo en la ciudad de Trenque Lauquen y nosotros creíamos que se había ido para allá”. Luego de los dos primeros asesinatos, Hernández fue a retirar a su hija a la escuela Normal 4, en Caballito, y se la llevó con él. Antes de que se conociera la muerte de la pequeña, la abuela materna rogó que encontraran a su ex yerno “porque es un asesino”. “Lo tienen que encontrar, porque si no también va a matar a Andriela”, anticipó entre llantos. En su desesperación, la mujer aseguró: “Si no lo encuentra la policía lo hago yo y lo mato”.
Hernández fue hallado muerto ayer al mediodía en el entrepiso de un hotel ubicado en Corrientes y Olleros. Antes había asesinado de un balazo a su hija, a quien encontraron sobre la cama de una habitación del octavo piso. El hombre se había arrojado al vacío por una ventana. “Nos dimos cuenta quién era cuando esta mañana (por ayer) vimos su imagen por televisión. En ese momento, casi en simultáneo, un vecino nos dice que una persona se había arrojado”, relató Carlos Mouso, gerente del hotel. En el hotel se encontraron varias cartas y un revólver calibre 38 largo. Hernández fue encontrado en el piso de un comercio del entrepiso, luego de romper una claraboya en la caída.
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