SOCIEDAD › UN TESTIGO CLAVE PODRA PARTICIPAR EN EL JUICIO
El sacerdote Julio César Grassi sufrió un nuevo revés en la Justicia, en el camino al juicio oral que se le seguirá por el abuso sexual de menores albergados en la Fundación Felices los Niños. Esta vez fue la Suprema Corte bonaerense la que aceptó que el joven Gabriel, uno de los principales testigos en el juicio, puede presentarse como particular damnificado. Lo hizo al rechazar una apelación presentada por la defensa del cura.
De acuerdo con el fallo, Gabriel podrá presentarse como particular damnificado y asistir a la audiencia previa al juicio oral, aunque la defensa del sacerdote puede apelar la sentencia ante la Corte Suprema de la Nación. La decisión ratifica la sentencia que el Tribunal de Casación emitió en enero de este año: rechaza los recursos de “nulidad” y de “inaplicabilidad de la ley”, esgrimidos por la defensa de Grassi.
Lo que se debate en estas apelaciones es si es válido el escrito en que Gabriel, el 24 de noviembre de 2005, revocó el patrocinio de su anterior abogado y en el que, involuntariamente, renunció a su condición de particular damnificado. Se trató de una maniobra de la defensa del sacerdote, que para la ocasión contó con la colaboración de funcionarios judiciales. Gabriel es el joven que en la investigación periodística realizada en octubre de 2002 acusó a Grassi de haber abusado sexualmente de él mientras estaba internado en la Fundación Felices los Niños.
En febrero de 2006, con nuevos abogados, Gabriel intentó volver a ser parte en la causa. La defensa de Grassi, entonces, comenzó una serie de apelaciones para impedir que sea aceptado. La Cámara de Casación, primero, y ahora la Suprema Corte, entendieron que la renuncia a ser particular damnificado se había hecho sin la presencia de un abogado patrocinante y que el Tribunal Oral interviniente no había citado a Gabriel para ratificar su renuncia.
“Como imputado, Grassi tiene derecho a meter chicanas judiciales para impedir el juicio oral, pero como sacerdote, debería bregar para que todos los que lo acusan participen en el juicio y así demostrar su inocencia”, dijo a Página/12 el abogado Eduardo Valdés, uno de los patrocinantes de Gabriel.
El sacerdote que creó la Fundación Felices los Niños fue procesado por supuestos de abuso deshonesto y corrupción de menores a los que debía proteger, pero hasta ahora el juicio oral y público está demorado por una serie de recursos procesales presentados por sus abogados.
Valdés afirmó que “nada justifica el despliegue de tanto esfuerzo profesional y seguramente también económico, por parte de la defensa del imputado, a fin de intentar apartar a una de las principales víctimas y acusadores del delito investigado”.
El abogado aseguró que si la defensa sostiene que el testimonio de Gabriel “es falso”, no deberían oponerse a su participación en el juicio, para que el cura, “si es verdaderamente inocente, lo pruebe ante los que lo incriminan”.
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