Equipos compuestos por psicólogas y trabajadoras sociales salen a las calles a combatir la explotación sexual de los chicos. Disuaden a los clientes, los denuncian y contienen a las víctimas.
Una brigada integrada por psicólogos y trabajadores sociales recorre las calles porteñas con una misión: combatir la explotación sexual comercial de niños y niñas por medio de la disuasión del eventual cliente y de la concientización y orientación de la víctima. Se trata de una iniciativa impulsada por el programa “Las víctimas contra la violencia”, dependiente del Ministerio del Interior y coordinado por la psicoanalista Eva Giberti.
Plaza Once –recientemente rebautizada por movimientos de mujeres como Plaza de los Prostituyentes–, Plaza Constitución, las calles de Bajo Flores son los puntos clave de control de la brigada denominada “Niños y Niñas”, compuesta no sólo por profesionales vinculados a la problemática sino por suboficiales de la Policía Federal capacitadas para la tarea.
Una de las funciones del equipo es actuar en aquellas situaciones en las que se violenten los derechos de los niños y niñas, víctimas de las redes de prostitución, advirtiendo al cliente sobre la gravedad del delito que cometió o está a punto de cometer. “La tarea es identificar al sujeto, ya sea en el auto o cerca de un hotel familiar, y labrar un acta por violar una contravención, lo que representa una entrada policial”, explicó Giberti. Además, se informa al Departamento de Delitos contra el Menor, dependiente de la Policía Federal.
Al tiempo que las suboficiales llaman la atención de los clientes, las psicólogas intentan ayudar y contener a las niñas y adolescentes que no se reconocen a sí mismas como víctimas. “Una pauta de trabajo es concientizar a las niñas para que se asuman como víctimas y ofrecerles asistencia. Es una tarea sumamente compleja porque la respuesta de ellas es que están trabajando”, dijo.
Un ejemplo de este rechazo es la historia de dos jóvenes que el equipo conoció en las primeras intervenciones en la calle. “Las chicas fueron encontradas con los clientes, hablaron con las psicólogas, pero no aceptaron ayuda de ningún tipo”, reconoció. Luego se localizó a la mujer que regenteaba a las víctimas. Estaba a una cuadra de distancia del lugar donde hallaron a las adolescentes. Ella tenía una lista de las chicas que explotaba y los precios que cada una debía cobrar por el servicio. En ese momento, la “rufiana” fue detenida, pero recuperó la libertad.
“Es una responsabilidad de todos saber que se está ante un delito grave y es nuestra responsabilidad disuadir al cliente, decirle vamos a estar en el momento en que camine con una nena de la mano, cerca de algún hotel alojamiento, en alguna whisquería o le vamos a golpear la ventanilla del auto”, sostuvo.
En forma complementaria se acaba de habilitar un número de teléfono gratuito, el 0800-222-1717, para denunciar casos de trata de personas en los cuales las víctimas tengan menos de 18 años. Con el nuevo móvil contra la explotación sexual ya son tres las brigadas creadas por el programa “Las víctimas contra la violencia”. Uno de los móviles asiste a mujeres que sufrieron abuso sexual. En este caso, un equipo interdisciplinario se acerca hasta la comisaría para ayudar y contener a las mujeres en ese trance.
La segunda brigada interviene ante situaciones de violencia familiar en la calle o en el propio domicilio. Para ampliar el alcance de esta iniciativa habilitaron en octubre del año pasado el número de teléfono 137 para realizar denuncias. Funciona las 24 horas del día, los 365 días del año. Sobre la base de 453 denuncias registradas entre octubre y marzo pasado se pudo saber que el 56 por ciento de las víctimas de violencia en la ciudad de Buenos Aires son mujeres, el 30 por ciento son niñas y niños, y 9 por ciento son hombres.
Informe: Elisabet Contrera.
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