Más de cuatro mil pasajeros de Aerolíneas Argentinas sufrieron la cancelación de sus vuelos que partían desde el aeropuerto internacional de Ezeiza y desde el Aeroparque porteño Jorge Newbery, y aproximadamente a otro tanto le reprogramaron el vuelo. El inconveniente, que se extendió durante todo el día de ayer y se hará sentir hoy por efecto de las reprogramaciones y canje de pasajes, surgió a partir de una inspección de la Fuerza Aérea en el cumplimiento de los períodos de vacaciones de los pilotos de la empresa agrupados en APLA. Algunas fuentes mencionaban que todo se había originado en una denuncia del gremio de APLA a la Fuerza Aérea, autoridad de control para esta circunstancia, y ante la Justicia por incumplimiento de la empresa. Otras sostenían que el control de la FA es rutinario. Durante la tarde, el gremio de los pilotos y representantes de la aerolínea mantuvieron una reunión en el Ministerio de Trabajo, de donde surgió un compromiso de Aerolíneas por regularizar la situación en un plazo máximo de seis meses.

Según informaron voceros de la empresa, fueron cancelados o reprogramados 17 vuelos desde el Aeroparque y siete de Ezeiza. Según otras fuentes, la cifra fue mayor, aproximadamente el doble. “A un promedio de 110 pasajeros en los vuelos de cabotaje y 300 en los vuelos a exterior, se llega a la suma de 4300 u 8600 pasajeros según la versión de que se trate”, que vieron cancelado o reprogramado su vuelo, sostuvo una fuente de aeronáutica. En el aeropuerto metropolitano fueron cancelados vuelos que debían partir hacia Córdoba, Salta, San Juan, San Martín de los Andes, El Calafate, Montevideo, Tucumán, Mar del Plata y Chapelco. Por el lado de los vuelos internacionales, fueron cancelados los que se dirigían a San Pablo, Asunción, Porto Alegre, Río de Janeiro, Miami, Santiago de Chile y Madrid.

Pero cancelaciones y reprogramaciones no tuvieron un responsable o un motivo único. Al menos nadie, ni la Fuerza Aérea ni Aerolíneas Argentinas, ni APLA se adjudicaron la responsabilidad directa.

Los pilotos aseguran que existe un reclamo ante la Fuerza Aérea para que Aerolíneas Argentinas cumpla con el decreto 671/94, que regula los tiempos máximos de actividad y mínimos de descanso del personal aeronavegante civil. “En el artículo 29 del 671 –explicó un piloto– se dispone que además de las vacaciones anuales, cada miembro de la tripulación debe tener diez días consecutivos de descanso en la estación del año opuesta a las vacaciones anuales.” En off los pilotos dicen que el reclamo a la empresa y las presentaciones ante la Fuerza Aérea, que por el momento es la autoridad de control, lleva unos tres años. Y según ellos, en ese tiempo la empresa no modificó la situación. “La Fuerza Aérea hizo los controles y saltaron los casos de pilotos sin descanso”, sostienen. Sin embargo, los pilotos no avanzaron con una denuncia con origen gremial, sino más bien parecieron derivar la responsabilidad a la Fuerza Aérea.

Desde Fuerza Aérea nadie confirmó ni desmintió ninguna versión. Sólo quedó claro que, a partir de la decisión de controlar el descanso de los pilotos, surgieron los inconvenientes. “El descanso es clave, no es un problema gremial, es un problema de seguridad aérea. Si el piloto está cansado, el pasaje corre riesgos”, sopló un ex piloto.

Pero fuentes de Aeronáutica sostuvieron que “los controles que hace la Fuerza Aérea son rutinarios y se realizan con todas las empresas sobre las que la FA tiene control, o sea todas las empresas aéreas argentinas que operan en el país”. El vocero de la Fuerza Aérea, Alejandro Argañaraz, aclaró que “en ningún momento el operativo fue coercitivo sino que fue un control de rutina, lo demás corre por cuenta de las empresas”.

–Pero si el control es rutinario, ¿cómo es que no saltó antes que una cantidad de pilotos no recibía los días de vacaciones correspondientes?”

–La semana pasada, la Fuerza Aérea pidió a Aerolíneas Argentinas el listado para analizar caso por caso –explicó a Página/12 un experimentado funcionario–. Pero todavía no lo recibió, por lo que todavía no empezó a intimar, que sería el paso siguiente.

Si no iniciaron las intimaciones, tampoco se explica (y nadie lo quiso hacer) el motivo de las cancelaciones. “Los pilotos están tomando por su propia cuenta las vacaciones que les corresponden”, soltó una fuente en off, aunque desde APLA nadie confirmó o desestimó la versión. Desde el gremio, y en off, sólo se insistió en que no se trataba de un problema gremial sino de seguridad aérea. “La Fuerza Aérea es la que salió a controlar y descubrió las irregularidades que llevaron a cancelar vuelos para que los pilotos tomaran su descanso”, completó un piloto.

De un modo u otro, la empresa mantenía en forma irregular la situación de un número indeterminado de pilotos. La confirmación del hecho fue tácita, luego de que el Ministerio de Trabajo convocara a las partes para resolver el problema, como mediador (y no como autoridad de aplicación) de un conflicto que nadie reconocía públicamente como tal pero que sufrieron ocho mil pasajeros. Pablo Biro, dirigente de APLA, sostuvo que Aerolíneas “intima a los pilotos a no tomarse vacaciones bajo apercibimiento de responsabilizarlos por el posible daño que le causarían a la empresa”. Por su parte, el defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, inició una investigación por presuntas irregularidades en el servicio de transporte aerocomercial y le solicitó información a la ministra de Defensa, Nilda Garré.

De la reunión, que se extendió hasta las primeras horas de la noche de ayer, la empresa Aerolíneas Argentinas se comprometió a regularizar la situación de los pilotos en un plazo máximo de seis meses. No se confirmó la cantidad de pilotos con sus vacaciones fuera de regla, pero algunas fuentes, en off, mencionaban que la cifra se acercaba al 30 por ciento.