Las graves inundaciones registradas en el estado mexicano de Tabasco, donde ya hay afectadas más de un millón de personas, sobrepasaron a las autoridades que enfrentan una inédita emergencia con el 80 por ciento del territorio del distrito anegado. La situación “rebasó a todo el mundo”, reconoció el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez, tras constatar que las fuertes lluvias provocadas por un frente frío en la región mantienen a la mitad de los habitantes de Tabasco prácticamente bajo agua. Chiapas también sufre de graves anegamientos, con miles de afectados.

Hasta el momento el gobierno tabasqueño sólo informó de la muerte de una persona y aseguró que unas 32.000 tuvieron que alojarse en los 284 albergues habilitados en el estado.

Ante la situación de “emergencia extrema” en Tabasco, el presidente de México, Felipe Calderón, suspendió una gira prevista del 6 al 8 de noviembre por Panamá, Colombia y Perú, aunque asistirá a la Cumbre Iberoamericana de Chile, entre el 8 y el 10 de este mes. Calderón comunicó a los mandatarios de esos países “la gravedad de los hechos y solicitó su comprensión, a lo que éstos respondieron externando su solidaridad”, explicó la presidencia mexicana en un comunicado.

En tanto, en el estado de Chiapas (sudeste), vecino de Tabasco, unos 30 municipios se inundaron ayer por el desborde de 16 ríos y seis arroyos, dejando un muerto e incomunicadas a 20.000 personas.

En Villahermosa, la capital de Tabasco con 750.000 habitantes, unas 100.000 personas deambulaban en las anegadas calles, cuya seguridad fue reforzada ayer a la tarde por el ejército, ante el riesgo de que se produzcan masivos saqueos. “Yo estableceré y otorgaré en el límite de mis facultades constitucionales y legales la máxima autoridad a los secretarios de Marina, de Defensa, fuerzas federales y policía federal para que contribuya a la preservación del orden, no haya saqueos y se eviten actos de pillaje”, dijo el jefe de Estado.

Según las autoridades, ayer 670 localidades de los 17 municipios del distrito estaban inundadas, mientras en las últimas horas los ríos Grijalva y Carrizal superaron las barreras de contención hechas con sacos de arena que se habían instalado para proteger a Villahermosa. El centro de esa ciudad fue evacuado la noche del jueves por el ejército tras la ruptura de un dique y, por primera vez en al menos 50 años, las principales avenidas y la mayoría de las calles de Villahermosa lucían cubiertas de agua.

La Unidad de Protección Civil de Tabasco informó que 530.000 personas están anegadas y en la capital se corría “altísimo riesgo para la estabilidad social”. “Desgraciadamente debemos de prever que aún viene la parte más difícil. ¿Qué tanto?, no lo sabemos, pero la circunstancia (indica) que la desgracia vaya en aumento”, dijo Daniel Goñi, presidente de la Cruz Roja mexicana.

En la capital de Tabasco muchas personas permanecen en los techos de sus viviendas totalmente inundadas y otras literalmente están con el agua hasta el cuello a la espera de ser rescatados por lanchas de la marina.