Sáb 16.02.2008

SOCIEDAD

Tres adolescentes corrieron en moto una picada hacia la muerte

Fue una carrera clandestina de madrugada en la ciudad de 9 de Julio. Los jóvenes tenían entre 17 y 22 años. Hay dos heridos.

Rápidos y furiosos. Y más rápidos e inconscientes. Así, perdieron la vida ayer tres jóvenes motociclistas, de entre 17 y 22 años, mientras corrían una “picada” en la ciudad bonaerense de 9 de Julio, 280 kilómetros al oeste de la Capital Federal. El accidente ocurrió en las primeras horas de ayer, cuando un grupo de entre 30 y 40 motociclistas se reunieron en la avenida Agustín Alvarez, por la que se accede al autódromo municipal. Todo comenzó alrededor de las 2.30, cuando tres motociclistas iniciaron una carrera clandestina, mientras otras tres se preparaban a unos 1000 metros de la improvisada línea de partida. Al partir el segundo grupo, de repente, se encontró con las tres motos que regresaban a gran velocidad. Así, se produjo un choque frontal.

“Eran seis motos que chocaron entre sí. Uno de los seis salió ileso, dos murieron en el momento, un tercero en el hospital y dos sufrieron heridas. Es algo muy triste. Yo personalmente y mi esposa hicimos denuncias en varias oportunidades. Venía la policía y los chicos, eran unos 15 a 20, se iban a otro lado”, relató Gustavo Tafarel, médico que asistió a los jóvenes sobrevivientes en el Hospital Julio de Vedia de 9 de Julio.

Agustín, uno de los heridos, contó aliviado: “En la avenida Alvarez hay dos marcas: una larga y otra corta. Dos chicos salieron por allá y nosotros los vimos. Cuando nosotros largamos, largaron ellos también y como no hay luz, no nos vimos. Y bueno, en el encontronazo, dos esquivamos y los otros lamentablemente chocaron”.

Como consecuencia del impacto murieron Fabián Alejandro Balbucí, de 22 años; César Tolosa, de 19, y Renzo Blanco, de 17. Mientras, los otros dos jóvenes, de 16 y 17 años, sufrieron heridas y fueron internados en el centro médico local.

Uno de los dos heridos, de 16 años, se encontraba ayer “estable y lúcido”, mientras el otro, de 17, fue operado, pero también estaba fuera de peligro. “Teníamos luces en las motos, pero el acceso no está iluminado. Hay una sola luz en la puerta del autódromo. No nos vimos y pasó lo que pasó”, relató.

“Corren picadas todos los días. Lo hacen enfrente a mi casa”, se quejó Tafarel. Además, el médico señaló que “corrían de una manera un poco atípica: acostados en la moto, decúbito ventral, acostados hacia adelante, con el abdomen apoyado y sin casco”.

En el Palacio Comunal defendieron los controles que realizan. “Permanentemente se los persigue, pero van de un sector a otro de la ciudad, a los accesos o frente al autódromo municipal. Ni siquiera toman precauciones para este tipo de picadas”, se defendió Walter Battistella, intendente de 9 de Julio. Y reconoció que “sabía que en algún momento iba a pasar una desgracia”. Según el intendente, “podían correr las picadas en el autódromo”. Agustín admitió que podían correr allí, pero señaló que “corren las picadas en la avenida, porque el autódromo a esa hora está cerrado”.

En tanto, Juan Carlos Durand, tío de Tolosa, señaló que su sobrino le negaba a él y a su familia que corriese picadas. “César me negaba tanto a mí como a mi mamá, que lo crió desde chiquito, y a la madre de él cuando lo iba a ver. César negaba todo, nos decía que él no corría. Me dijo: ‘Yo no corro, tío’”, dijo Durand.

Además, Durand solicitó a la policía que “cuando agarren a los menores en motos” se las secuestren “por tres o cuatro meses”. “Y si el padre se la vuelve a dar, que no se las devuelvan más”, pidió. La causa fue caratulada “Triple homicidio culposo y lesiones culposas” y la investigación está a cargo de la UFI Nº 2 de Mercedes.

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