El macrismo dio ayer el primer paso en su objetivo de crear una policía propia para la ciudad de Buenos Aires. Un grupo de legisladores del PRO, encabezados por Cristian Ritondo, presentó en la Legislatura un proyecto que establece la creación de un cuerpo de seguridad, con atribuciones en la protección de bienes y personas, prevención del delito y auxiliar de la Justicia. El objetivo del macrismo es “abrir el debate en la Legislatura”, en un momento en que el jefe de Gobierno porteño desafió a la Nación con crear un cuerpo propio si en 30 días no define el traspaso policial con su financiación.

El proyecto de Ritondo propone la creación de un cuerpo cuyo jefe dependa del ministro de Justicia y Seguridad y sea “designado por el jefe de Gobierno, con aprobación de la Legislatura tras una audiencia pública y un examen por parte de la Junta de Etica de ese cuerpo”, explicó Ritondo. No se explica en la iniciativa de dónde saldrán los fondos para financiar la nueva policía. En rigor, de aprobarse el proyecto, se superpondrían las atribuciones de este cuerpo con las de la actual Policía Federal. Pero al autor del proyecto eso no le preocupa. “Se trata de una ley marco, que va a servir para el caso de que la Nación traspase parte de la Federal a la ciudad, porque esos efectivos van a pasar a ser Policía de la Ciudad, así como para un futuro cuerpo que se cree si no se hace el traspaso”, explicó Ritondo a Página/12.

En realidad, el legislador reflotó un viejo proyecto que Diego Santilli había presentado en la Legislatura en 2006 y nunca fue tratado. Ahora fue avalado por un grupo de compañeros de bancada, entre ellos el propio Santilli, Daniel Amoroso, Silvia Majdalani, Gerardo Ingaramo, Enzo Pagani, Alvaro González y Néstor Abbas.

Aunque cuesta creer que la presentación no tenga el aval del jefe, Mauricio Macri, Ritondo asegura que no hubo consultas con el Ejecutivo. “Ellos están preparando su propio proyecto, que puede ser mejor que éste o puede complementarlo. Nosotros lo presentamos para abrir el debate”, argumentó el diputado macrista.

La policía que propone la iniciativa tendrá competencia exclusiva en materia de “protección de las personas y bienes, seguridad y prevención del delito y las contravenciones, así como la investigación de los hechos cometidos, auxiliar de la Justicia, y en restablecer el orden público dentro de la jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

Estaría organizada con una jefatura, una subjefatura y siete direcciones: de Seguridad Urbana, de Vía Pública y Eventos Deportivos, de Investigaciones, de Bomberos, de Personal, una Dirección General y otra administrativa.

La policía propia es una vieja reivindicación de los porteños, desde la creación de la ciudad autónoma, y el traspaso de un sector de la Policía Federal apareció como la manera más rápida y racional de hacerla efectiva, optimizando recursos existentes. Concretamente, se trata de trasladar a unos 14 mil efectivos dependientes de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, es decir, el personal que cumple funciones en comisarías. A ellos había que sumar una parte de la Guardia de Infantería, de Investigaciones, Bomberos y personal administrativo. En tanto, la Policía Federal se quedaría con personal para la investigación de delitos federales, en todo el país, y la protección de los bienes del Estado nacional.

Eliminada la traba que establecía la ley Cafiero por el Congreso nacional, la trasferencia ahora se demora por una cuestión de fondos: el gobierno porteño reclama a la Nación el presupuesto necesario para financiar a ese personal, pero el gobierno nacional se niega, argumentando que los ciudadanos del interior del país no deberían solventar la seguridad de los porteños. El monto reclamado es de unos 700 millones de pesos anuales. “Actualmente, el gobierno de la ciudad desembolsa 27,5 millones de pesos por año en servicios adicionales y en la Policía Comunitaria”, dice el legislador macrista.

El proyecto de Ritondo y compañía prevé la creación de una academia para la formación de los futuros policías. “Esa academia va a servir incluso si se produce el traspaso, ya que hay que apuntar a una formación de mayor calidad, con respeto a los derechos humanos”, dice Ritondo. También propone que la Dirección de Asuntos Internos, encargada de investigar posibles irregularidades en el comportamiento del personal, no esté dentro del esquema de la futura policía, sino por fuera, en el Ministerio de Seguridad y Justicia, integrada por civiles.

El proyecto deja un amplio margen al Ejecutivo para organizar la futura fuerza mediante la reglamentación de la ley. Desde ayer está en la Legislatura y deberá pasar al menos por las comisiones de Seguridad y Justicia.

Si el macrismo logra crear la policía porteña, ¿habrá una comisaría de la Federal al lado de otra de fuerza de seguridad de la ciudad? Por ahora no hay respuesta a ese interrogante. Hace una semana, Mauricio Macri dijo sobre este asunto: “Agotaremos la discusión, pero en el caso de que no se avance, empezaremos el largo camino, costoso, de la policía propia”. Y le puso un plazo al Gobierno nacional: 30 días.