Sáb 16.02.2008

SOCIEDAD  › MASIVO EXODO DE PARAGUAY A FORMOSA PARA VACUNARSE

Psicosis de fiebre amarilla

Caravanas de ciudadanos paraguayos cruzan la frontera porque en su país se agota el stock. Allí hubo seis casos confirmados en el norte y otros dos aún dudosos cerca de la capital, Asunción.

› Por Pedro Lipcovich

Caravanas de vehículos de todas clases, miles de caras ansiosas, familias enteras cruzaban ayer el puente desde Asunción del Paraguay hasta Clorinda, provincia de Formosa, para vacunarse contra la fiebre amarilla. Este fenómeno de masas, que no reconoce antecedentes en la zona, se vincula con la “psicosis” –según la califican medios de comunicación del país vecino– desencadenada por la aparición de casos (no confirmados) a las puertas de la capital paraguaya. Los casos confirmados son seis, en el norte del Paraguay. En Formosa se declaró el alerta sanitario y se efectúa una vacunación generalizada a la población. No se han registrado casos de fiebre amarilla en la Argentina en humanos pero sí en monos, en un parque provincial de Misiones. La enfermedad es transmitida por mosquitos pero, a diferencia del dengue, existe una vacuna que la previene. La inmunización sólo se indica para quienes residan o viajen a zonas de riesgo: Paraguay, Bolivia y algunos estados del interior de Brasil.

Sobre las aguas rojizas del Pilcomayo, los fierros del puente San Ignacio de Loyola rechinaban en la tarde sofocante, bajo el peso de las combis y vehículos particulares que trasladaban, desde Asunción, a las familias capaces de costearse el breve viaje. Iban a vacunarse en Clorinda, la ciudad argentina de 50.000 habitantes situada frente a la capital paraguaya. “Por la gran demanda, hay centros de salud que se quedan sin stock durante unas horas o un día, pero no más que eso”, aseguró a este diario Aníbal Gómez, ministro de Desarrollo Humano de Formosa, y anticipó que “el lunes llegará una nueva partida desde la Nación”.

Ayer, en hospitales de Clorinda se pedían documentos a quienes iban a vacunarse: según el ministro Gómez, no era para negar la inmunización a los extranjeros sino “para registrar datos como el nombre y el domicilio”. Cierto que la persona podría dar esos datos sin necesidad de documento. Gómez aseguró que “el que no presente documento igual recibirá la vacuna”. El funcionario señaló que “una parte importante de la población ya está inmunizada porque, desde 2005, la vacuna está en el calendario provincial”.

La “psicosis” que advierten medios como el asunceño diario ABC se desencadenó en los últimos días, cuando se reportaron dos muertes en el barrio Laurelty de San Lorenzo, a 13 kilómetros de Asunción. En rigor, no está confirmada la causa. Sí se constataron seis muertes por fiebre amarilla selvática en el departamento de San Pedro, al norte del país. Según opinó para este diario, desde Paraguay, el sociólogo Tomás Palau –de la entidad Base de Investigaciones Sociales–, “la psicosis es alentada por el gobierno y medios de comunicación, para desviar la atención de problemas graves en una situación preelectoral adversa al oficialismo; también es cierto que el Estado no cumplió en la vacunación sistemática de la población”.

En la Argentina no se han registrado casos en humanos, pero “en los últimos días de enero se registró una mortandad de monos por fiebre amarilla selvática en el Parque Provincial Piñalito, de Misiones –contó Hugo Fernández, director de Programas Sanitarios del Ministerio de Salud de la Nación–: se efectuó la vacunación de los habitantes de zonas aledañas”. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “la estrategia de vacunación debe dirigirse a la población de las áreas donde se registraron recientemente casos humanos o en animales, evitando la vacunación o revacunación masiva indiscriminada”.

El funcionario del Ministerio de Salud advirtió que “la vacuna está contraindicada en embarazadas, inmunodeprimidas y menores de un año; debe aplicarse una sola vez, sin revacunación. Sólo se indica a las personas que residan en zonas limítrofes con Paraguay, Bolivia o Brasil, y a quienes viajen a las zonas endémicas de esos países, lo cual no incluye la costa atlántica brasileña”. En las últimas dos décadas se registraron 3837 casos de fiebre amarilla selvática en Sudamérica, con 2229 muertos. La transmite el mosquito Haemogogus y la causa el mismo microbio que produce la fiebre amarilla urbana, sólo que esta última es vehiculizada por el mosquito Aedes Aegypti, el mismo que transmite el dengue.

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