SOCIEDAD • SUBNOTA › RADIOGRAFIA DEL MERCADO LABORAL FEMENINO
› Por Mariana Carbajal
El filósofo francés Gilles Lipovetsky profetizó en La tercera mujer que el poder económico –y no el político– sería el último bastión en abrirse a las mujeres. Aunque fue criticado desde el feminismo por sostener que a ellas no les interesa el poder, su profecía no está lejos de ser cumplida. En la Argentina gobierna una mujer y alrededor del 40 por ciento de las bancas del Congreso están ocupadas por legisladoras (de la mano de la Ley de Cupo). Pero son escasísimas las mujeres que han escalado las cumbres corporativas. El “Mapa económico de las mujeres argentinas (1998-2006)”, publicado por las Fundaciones de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), confirma esta apreciación y brinda una radiografía del mercado laboral femenino. “Los resultados muestran que si bien las mujeres trabajan más (que hace algunos años), lo siguen haciendo por una menor retribución y en condiciones de precariedad y mayor vulnerabilidad del empleo. Los espacios en la dirección efectiva en empresas son todavía muy pequeños”, indican Marcela Cristini y Guillermo Bermúdez en el estudio.
Sobre una muestra de 2300 empresas (industrias, servicios, finanzas) que representan entre el 30 y el 40 por ciento del PBI de la economía de negocios de la Argentina, FIEL encontró que sólo 4 de cada 10 tenían ejecutivas mujeres. En un total de 14.880 cargos de decisión, las ejecutivas sólo ocupaban el 11 por ciento, es decir, sumaban apenas 1601.
No hay que perder de vista que ya hay suficiente masa crítica para que las mujeres lleguen a la cocina del poder económico: según FIEL, la tasa de participación económica femenina es del 56 por ciento –frente al 81 por ciento de los varones– y sube más de 10 puntos porcentuales cuando se computa sólo a las mujeres con mayor grado de educación (67,3 por ciento). Además, representan el 50 por ciento de la matrícula universitaria y el 60 por ciento de los alumnos que egresan.
Pero la radiografía de FIEL da otras pistas de la discriminación que sufren las mujeres en el mundo laboral en la Argentina:
- El desempleo las afecta entre un 30 y un 40 por ciento más que a los varones y afecta relativamente más a las más jóvenes y a las de mayor capital humano comparadas con los hombres de esas categorías.
- Un dato interesante calculado por el Ministerio de Trabajo (2005) indica que una de cada cuatro mujeres se desempeña en puestos que subutilizan su inversión en educación, mientras que esto ocurre a uno de cada seis hombres.
- Las ocupaciones dominadas por mujeres (los servicios) son las más rezagadas en términos de retribución, sobre todo a partir de la crisis de 2001/2002.
- El empleo en negro también las afecta más: casi el 60 por ciento de las ocupadas, incluido el servicio doméstico, no están registradas formalmente versus el 46,5 por ciento en el caso de los asalariados varones.
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