El relato de “Gabriel” en el juicio oral pasó por una serie de alternativas dolorosas, incluso más allá de los actos de abuso que denunció ante los jueces. El joven tuvo que recordar que después de hacer pública su denuncia, en octubre de 2002, tuvo que soportar una serie de amenazas y agresiones concretas en su contra, que obligaron a sus abogados a solicitar que lo incorporaran al sistema de protección de testigos. “Durante los últimos seis meses ‘Gabriel’ fue amenazado y golpeado como mínimo tres veces. En segundo lugar, el doctor Enrique Stola, el psiquiatra que lo atiende desde 2002, fue amenazado de muerte y golpeado en su propia casa, en la que irrumpieron personas desconocidas.” La denuncia fue presentada ante la Justicia el 30 de julio de 2006, por el entonces abogado defensor de ‘Gabriel’, Eduardo Valdez.

En esa presentación, realizada ante la Fiscalía General de Morón, el abogado Valdez había planteado la necesidad de que se dispusiera la detención del cura Julio César Grassi. El fundamento fue el presunto “entorpecimiento en la acción de la Justicia y la responsabilidad intelectual (del sacerdote) en las amenazas y la violencia que se ha ejercido sobre tres testigos calificados”. Además de “Gabriel” y del psiquiatra Scola, el propio “Luis” había sufrido un robo en su casa, poco después de denunciar a Grassi. Los supuestos ladrones le dejaron una nota amenazante que estaba relacionada con el caso judicial.

El hecho más grave sufrido por “Gabriel” ocurrió el 1º de diciembre de 2003, cuando tres personas ingresaron en su domicilio. Poco antes había recibido una amenaza inequívoca: “No podés llegar vivo al juicio”. El único proceso judicial con el cual está relacionado es precisamente el juicio oral contra Grassi. Los tres hombres estaban armados con pistolas 9 milímetros y entraron en la casa pasada la medianoche. El testigo en peligro fue golpeado, lo arrastraron por la habitación hasta el baño, le hicieron dar varias veces la cabeza contra el piso y luego lo obligaron a firmar “documentos con formato judicial” cuyo contenido no pudo determinar, según denunció en su momento el abogado Juan Pablo Gallego.

Ayer, en otro momento de su impactante declaración, “Gabriel” también recordó las amenazas que había sufrido antes de la irrupción en su casa. “Tenemos que darte una mala noticia: no podemos llegar el juicio oral, así que vas a tener que retractarte; si no te vamos a hacer desaparecer.” En ese momento, el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, confirmó que en la misma causa ya eran “14 los testigos amenazados o intimidados”. En los próximos días comenzarán a declarar varios ex empleados de la Fundación Felices los Niños que recibieron amenazas por haber corroborado las denuncias en contra de Grassi.