Fuentes de la Fiscalía a cargo del caso Grassi informaron a Página/12 que anoche el fiscal Adrián Flores esperaba la presentación de un menor que ya había declarado ante el asesor de menores de San Isidro, Carlos Bigali, y que no sería un testigo más del caso sino que podría ser una nueva víctima de abuso sexual.
Hoy, la Fiscalía de Morón presentará un escrito ante el juez de Garantías, Alfredo Meade, en el que se opondrá a la nulidad de la causa. En este escrito, el fiscal a cargo del caso rechazará el planteo que hizo la defensa al pedir “la nulidad de la denuncia de identidad reservada” del joven que lo acusó al sacerdote y que por lo tanto se disponga la libertad por “falta de mérito” del cura detenido.
El abogado defensor de Julio César Grassi, Jorge Sandro, sostuvo que la Fiscalía “manipuló” el testimonio y que la denuncia de identidad reservada afecta el derecho del cura a conocer quién lo acusa. Y agregó que si, tal como se dijo, la presunta víctima tiene 19 años, ya no es “técnicamente un niño” y tiene “madurez suficiente para reconocer el valor o desvalor penal de sus propios actos y evaluar las consecuencias de una denuncia”.
Fuentes de la Fiscalía precisaron que en el escrito se justifica la decisión de mantener la reserva de identidad en varias declaraciones ya que el secreto a la hora de revelar nombres de testigos hace, también, “a su seguridad”. Para esto, la Fiscalía se basará en la serie de presiones que han denunciado varios de los testigos que declararon en el informe de “Telenoche Investiga” y en la pesquisa judicial.
Por ahora, Grassi, acusado de abuso deshonesto y corrupción de menores, permanece alojado en la DDI de Morón, con sede en Merlo, a la espera de que la Justicia resuelva su situación procesal, pero antes deberá someterse a una serie de pericias psicológicas que aún no tienen fecha fijada.