La Fundación Felices los Niños encontró una nueva manera de dilatar el desalojo del Hogar San José: presentó recursos de hábeas corpus para certificar la salud de los doce chicos que aún permanecen allí. El juez de instrucción porteño, Juan Ramos Padilla, aceptó el recurso presentado por la Fundación y ordenó una serie de medidas psicofísicas con los chicos, lo que fue calificado como “indigno” por la jueza Myriam Rustan de Estrada. Por su parte, el defensor de menores porteño Marcelo Jalil aseguró que las medidas del juez Padilla “no hacen otra cosa que revictimizar a los chicos que ya habían pasado por esta situación en reiteradas oportunidades durante la investigación”.

Tanto Rustan de Estada como Jalil coincidieron en señalar que los jueces naturales de los niños, que tienen las causas por las cuales están dentro del Hogar de la Fundación, quieren convencerlos de que se vayan por su propia voluntad, sin tener que usar la fuerza pública.

La jueza Rustan de Estrada, en declaraciones radiales, dijo que los doce niños que permanecen en el Hogar San José “están siendo manipulados por una banda de chicos más grande, de entre 11 a 16 años, para rehusarse a dejar al hogar, la cual a su vez, fue instruida por la Fundación Felices los Niños”.

El defensor Jalil coincidió en este punto y aseguró que los chicos no pueden salir “por todo este circo que armó la Fundación y por toda esta resistencia patoteril, que quiere que volvamos a recurrir a la fuerza pública y así tener un justificativo para tapar sus acciones”.

La jueza ordenó que el Arzobispado de Buenos Aires se haga cargo de la tutela de los chicos como “una autoridad moral ante el avasallamiento de los derechos” de los chicos, prohibió el ingreso de las autoridades de la Fundación al hogar y mantuvo vigente la medida del desalojo.

La magistrada dispuso que el Consejo de la Niñez, Adolescencia y Familia porteño se haga cargo con sus equipos técnicos del cuidado de los chicos y del mantenimiento del hogar hasta tanto se logre el egreso de todos ellos. El conductor televisivo Raúl Portal, administrador de la Fundación, dijo ayer en los Tribunales de Morón, donde es juzgado el cura Julio César Grassi por abuso sexual, que la jueza “carece de autoridad moral para hablar de abusos y malos tratos”.

La magistrada “no puede hablar de abusos con la violencia que propició y ordenó y que no se puede tapar porque la mostraron todos los medios. Lo que vio la gente ningún fallo y ninguna amenaza lo puede borrar”.

Por su parte, Estrada aseguró que “los chicos fueron entrevistados exhaustivamente por profesionales en cámaras Gesell que es el lugar adecuado para tratar casos de abuso, y las veces que hablé con ellos me dijeron que querían quedarse en el hogar”. Para la magistrada, esta respuesta de los chicos se comprende “porque están manipulados por otras personas ya que de los cuerpos de prueba que tiene el expediente surgen claramente reiterados casos de malos tratos y abusos”. Entre ellos contó el de un menor que fue llevado por sus compañeros a un lugar apartado y lo hicieron arrodillar para manosearlo al tiempo que le pusieron una cinta en la boca. El chico dijo: “Me veían cara de novia”, repitió Estrada.

Jalil, por su parte, dijo que durante el intento de desalojo “los chicos exhibían carteles, donde se veía claramente que no habían sido escritos por ellos por el tipo de letra”. Y precisó: “Uno de los carteles era mostrado por una chiquita que tiene una debilidad mental, quien nunca pudo haber escrito ese letrero”.