¿Es posible combatir la corrupción? La pregunta del millón sobrevoló las mesas de debate y los talleres del Foro Internacional de Mujeres contra la Corrupción que se desarrolló en Buenos Aires. Y aunque la respuesta quedó abierta, dos mujeres, una colombiana y otra alemana, aportaron experiencias concretas, interesantes e innovadoras, que están en marcha en sus respectivos países para luchar contra esta mal transnacional. En Colombia, el gobierno está convocando a los ciudadanos a sumarse a un programa para que ellos fiscalicen las licitaciones más grandes del Estado para evitar que los pliegos sean “arreglados”. En Alemania, está vigente una serie de normas anticorrupción. Por ejemplo, desde 2000 las empresas tienen prohibido donar dinero a los partidos políticos.
Tanto Alemania como Colombia están mejor ubicadas que la Argentina en el ranking elaborado por Transparency International sobre percepción de corrupción. A nivel mundial, el primero ocupa el lugar 18 y el segundo, el 57. Cuanto más cerca del 1 se encuentra el país, menor es la corrupción. Argentina está en el puesto 70.
La experiencia colombiana fue contada por Rosario Ballesteros Casas, una joven de 28 años con un extenso currículum. Ballesteros Casas coordina un área del programa del gobierno para la lucha contra la corrupción, la Unidad de Fortalecimiento de la Participación Ciudadana, bajo cuya órbita funciona la Red Colombiemos. “Colombiemos es la palabra Colombia convertida en verbo y es imperativo y presente porque la lucha contra la corrupción debe empezar ya”, explicó. A través de la Red Colombiemos, creada un año y tres meses atrás, el gobierno convoca a ciudadanos a combatir la corrupción. “La red crece todos los días: del 7 de agosto a la actualidad pasó de 7500 a 11.400”, señaló. La meta es contar con 100.000 en 2003. Una vez que reciben capacitación, los inscriptos pueden incorporarse a grupos que fiscalizan los contratos del Estado. “El año próximo Colombiemos tendrá a su cargo la vigilancia de las diez contrataciones más grandes de cada uno de los 16 ministerios del gobierno nacional y de los seis departamentos administrativos, en total, 220 contrataciones” precisó. El programa creó además, “unas normas técnicas de eficiencia y transparencia en la contratación pública y como en las normas ISO para la industria, las certificaciones corren por cuenta de las empresas de certificación internacional. Hay varios municipios en proceso de certificación”, destacó Ballesteros Casas.
Bárbara Charlotte Wurster, vicepresidenta de la Federación de Juristas Alemanas, detalló la experiencia germana. “Desde 1998 se está aplicando la Ley Antisobornos de la Unión Europea que significa que si un alemán coimea a un funcionario de la Argentina será penalizado en Alemania. Antes, los sobornos en el extranjero se usaban hasta para descontar impuestos”, reveló la abogada. Otra herramienta para el combate a la corrupción es una ley vigente desde 2000 que regula las donaciones privadas a los partidos políticos. “Prohíbe a las empresas realizar donaciones y a los particulares les permite sólo donar hasta 1000 euros por año”, puntualizó. Además, agregó Wurster, en 1996 se llegó a un acuerdo de 12 puntos con todos los ministros del Interior que establece, entre otras cuestiones, que cada Estado debe hacer campañas de sensibilización para que la gente denuncie la corrupción, y que en las áreas sensibles a la corrupción los puestos sean rotativos.