Quiénes tendrán acceso a la hipotética (pero en pleno proceso de investigación) vacuna contra la gripe A dependerá de “las fuerzas del mercado y la protección de las patentes”. La afirmación fue realizada ayer por la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, durante una conferencia internacional sobre propiedad intelectual. “Es previsible –sintetizó por si había faltado contundencia a su análisis– que la mayor parte de las vacunas se dirijan a los países ricos.” De esa manera, el interés del mercado permitirá que millones de personas en todo el mundo queden a merced de la gripe A. Será, dijo, “un nuevo ejemplo de cómo la imposibilidad de pagar tiene como resultado negar a los más pobres el acceso a los servicios y productos de salud”. Chan, además, insistió en poner nombre a los responsables: “¿Cómo puede esperarse que la industria farmacéutica, cuyo objetivo es obtener beneficios económicos, invierta en la investigación (de fármacos) de enfermedades vinculadas con la pobreza? Aquí tenemos un problema crítico. Los sistemas y reglas, tales como los de propiedad intelectual y de protección de patentes que tienen sentido en muchos sectores, generan algunas preguntas cuando se aplican a la salud humana”.