SOCIEDAD • SUBNOTA › LAS TEORíAS DE UNA MISIóN FRAUDULENTA
› Por Adrián Pérez
Si bien hoy nadie pone en duda (al menos nadie que se aferre a la evidencia científica) que finalmente el hombre llegó la Luna el 20 de julio de 1969, algunas y algunos todavía sostienen que aquel alunizaje formó parte de una campaña mediática orquestada por Estados Unidos en un contexto mundial marcado por la carrera entre Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética por saber cuál de los dos países llegaba primero a su destino final: la Luna.
Todas las teorías que circularon sobre el “fraude lunar” encuentran su epicentro en un escenario internacional signado por la Guerra Fría. Uno de los argumentos más fuertes era que los rusos se habían adelantado a los norteamericanos, el 12 de abril de 1961, cuando lograron enviar al espacio a Yuri Gagarin y que los estadounidenses debían inventar una puesta en escena para la que aún no estaban capacitados.
Ni siquiera Stanley Kubrick, que produjo, en 1968, 2001: Odisea del Espacio escapó a las posturas negacionistas. El documental Operación Luna (2002), del realizador francés William Karel, lo involucra como el responsable detrás de cámara en el montaje de la escena en un set de filmación adaptado para la ocasión en el desierto de Arizona. En este caso, los teóricos del fraude vieron en la NASA el vehículo necesario para que el gobierno norteamericano lanzara una cortina de humo sobre la guerra de Vietnam, y distrajera a una opinión pública cansada de ver a sus soldados regresar en bolsas negras.
El manto de dudas también alcanzó a las estrellas, que brillaban por su ausencia en las fotografías tomadas por los astrónomos norteamericanos durante el esperado descenso. El argumento, muy pobre por cierto, fue que las fotos fueron “trucadas” aquí, en la Tierra, porque en cielos sin contaminación lumínica ni nubes, las estrellas pueden apreciarse sin problema alguno, a simple vista. Y la Luna, claro, no podía ser la excepción a la regla.
Y claro, como los seres de otros planetas no podían faltar, una de las más descabelladas de todas estas teorías afirmaba que las fotos fueron cambiadas por otras porque las imágenes originales retrataban la presencia de ovnis y “seres extraterrestres”. La bandera de Estados Unidos flameando en las imágenes de video fue uno de los temas más controvertidos. “¿Cómo puede agitarse cuando en la Luna no hay aire?”, se preguntaron los negacionistas.
La idea de una “gran estafa lunar” cobró fuerza en 2001, cuando la cadena Fox lanzó al aire el programa “Teoría de Conspiración: ¿Llegamos a la Luna?”. Entrevistado por Seth Shostak en el programa de radio “¿Estamos solos?” del Search for Extraterrestrial Intelligence (www.seti.org) –una institución internacional sin fines de lucro que estudia el origen del Universo–, el astrónomo Phil Plait disparó: “Regresaremos a la Luna y hallaremos todo el material abandonado y tomaremos fotos”. Y adelantó que “quienes gustan pensar que el gobierno de Estados Unidos no tiene nada mejor que hacer que montar un falso alunizaje dirán: ‘También simularon eso’”.
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