Altura y agua, concluyó Pérez Simondini, son los denominadores comunes entre las zonas donde –jura y perjura– han ido apareciendo, en mayor cantidad y cada vez con más frecuencia, luces extrañas en el cielo. “El porqué no lo sé, pero evidentemente pasa en zonas montañosas, cerros, sierras, montañas, y siempre cerca de espejos de agua. Hace unos días, los productores de Nogoyá vieron luces sobrevolando un campo antes de que allí mismo, al día siguiente, aparecieran los animales mutilados. Ahora, donde más está ocurriendo es en La Pampa, Entre Ríos y Santa Fe. Algunas investigaciones también sugieren que sus apariciones tienen que ver con el tendido de líneas de alta tensión: de El Chocón hacia abajo, de 2002 a la fecha, no hubo un solo animal mutilado. Hacia el norte, todas las provincias tuvieron mutilaciones de animales.”

A mediados de julio, seis animales aparecieron mutilados en Nogoyá, con lo que son ya 200 los casos que, desde 2002, se produjeron en la misma localidad. El año se repite porque es la fecha en que fue registrado el primero de los episodios en Argentina (un animal mutilado en Salliqueló, provincia de Buenos Aires). ¿Cómo se llevan las estadísticas? Con ayuda de las delegaciones de policía locales. La certificación de que las heridas no han sido inflingidas por otros animales o con herramientas, por humanos, suele quedar a cargo de veterinarios consultados ad hoc.

Fabio Zerpa –que no puede evitar algunos lances de mentalista y vidente retrospectivo mientras charla– lee en esas desgracias zoológicas no tanto el patrón de la pérdida capitalista como el advenimiento de lo inevitable, en el buen sentido de la palabra.

–¿Se viene la llegada masiva de seres del espacio?

–Totalmente. Fijate cómo han cambiado los tiempos que ahora no soy delirante ni loco, como me decían en los ’60 y ’70; ahora soy “maestro” y “genio”. Pero yo no soy ninguna de esas cosas: solamente soy un investigador. Investigo y busco las causas profundas de los cambios históricos. Algo muy importante está cerca, es inexorable. ¿Y sabés qué? Yo al principio pensaba que ver a un ser raro era tener miedo, y no. Es el miedo interno en que hemos vivido durante más de dos mil años, un miedo que nos fomentan para que no tengas libertad. En cambio, estos seres vienen a decir que no tengamos miedo, que el hombre es libre y es una entidad espiritual. Lo importante no es tener seguridad social ni política ni económica, sino lograr la seguridad espiritual.