El recurso de amparo de la Asesoría General Tutelar incluye el caso de la joven M. A. S., de 13 años, que, “institucionalizada desde los dos años de edad, transitó toda su vida por múltiples instituciones”. Sin embargo, en una de ellas, la Fundación Ananké, “se la veía contenta, adaptada, con buena vinculación con sus hermanos (tiene dos hermanas y un hermano, internados en otras instituciones), cursando sexto grado, interesada en generar cambios positivos en la escuela a la que asistía”. Pero, el 10 de enero de 2008, Ananké cerró y la joven fue llevada a otra institución. Diez días después, tuvo una crisis de nervios y “fue trasladada al Hospital Tobar García. Allí “fue dejada sin ropa ni pertenencia alguna”.

Un mes después la llevaron a otra institución, después de nuevo al Tobar y así cinco veces, “sin que hasta la fecha se hayan podido recuperar las pertenencias solicitadas por la joven”. Además, “en agosto de 2008, la chica presentó el deseo de concurrir a la misma escuela, no habiéndose concretado. Hasta la actualidad, no se encuentra escolarizada”. El informe señala “un marcado retroceso y deterioro físico y psíquico” de la niña. En agosto de 2008 –cuando volvieron a negarle su pedido de volver a la escuela–, “pesaba cien kilos y tenía dificultad para respirar”. El amparo consigna también que, cuando ingresó por primera vez al Tobar García, “refirió: ‘Yo tenía construido un castillo de cartas, y vino alguien y me sacó las de abajo’”.