SOCIEDAD
• SUBNOTA › ALLANARON LA DDI DE QUILMES POR UNA DENUNCIA
La costumbre de extorsionar
Un comerciante de Quilmes denunció haber sido extorsionado por policías de la Delegación de Investigaciones (DDI) de esa localidad bonaerense, quienes le habrían exigido el pago de cinco mil pesos a cambio de no inventarle una causa para detenerlo. Como el hombre, propietario de un kiosco, no pagó lo que los efectivos exigían, fue sometido a una “demostración de poder”: estuvo detenido un día por averiguación de antecedentes. En la tarde de ayer, personal policial y judicial allanó el edificio de la DDI denunciada en busca de pruebas de la extorsión, aunque todavía no se ordenó la detención de ninguno de los policías de esa dependencia.
El quiosquero había recibido una visita policial en su comercio el 27 de septiembre. En esa ocasión, según la denuncia del comerciante cuya identidad no fue difundida, los efectivos de la DDI de Quilmes le habrían exigido el pago de unos cinco mil pesos a cambio de no inventarle una causa para detenerlo, entre otras cosas, porque vendía analgésicos en su local, actividad considerada ilegal. Como el hombre no cumplió con la exigencia de la policía, días después fue detenido y permaneció preso durante 24 horas por averiguación de antecedentes: “Como una especie de muestra de poder que le hicieron los policías para que viera que tenía que pagar”, explicaron fuentes de la investigación.
No conformes con eso, los efectivos fueron más allá y dieron intervención a una fiscal de Quilmes, a quien pidieron un allanamiento en el quiosco para secuestrar los supuestos analgésicos que se vendían de manera ilegal. Cuando la fiscal se presentó en el local, “el quiosquero perdió el miedo y le contó que los policías de la DDI de Quilmes le habían exigido dinero para no meterlo preso y que ya lo habían extorsionado en otras ocasiones”, dijeron fuentes del caso.
A raíz de la denuncia del comerciante, la jueza que investiga la causa, Adriana Mitzkyn, ordenó el allanamiento de la dependencia policial involucrada, ubicada en Garibaldi y Alison Bell, en busca de elementos que probaran la extorsión. En la tarde de ayer, se secuestraron, entre otras cosas, los libros de guardia para determinar si el comerciante estuvo detenido en esa DDI por averiguación de antecedentes.
Allegados a la investigación dijeron que el comerciante estaría en condiciones de reconocer a los policías que lo habrían extorsionado.
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