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La respuesta del doctor Alvarez
El doctor Carlos Alvarez, a quien los documentos de Philip Morris señalan como el profesional contratado por las tabacaleras en Argentina, no respondió a ninguno de los llamados de Página/12 realizados el miércoles. Ayer, en cambio, dirigió una carta a este diario donde se limita a dar cuenta de su actividad científica y aclara que “no responderé a agravios injustos y gratuitos”.
“Es bastante conocida por la comunidad médica nacional e internacional y por los círculos científicos en general mi producción con referencia a las enfermedades cardiovasculares y los factores de riesgo predisponentes -sostiene Alvarez–. En mis más de 38 años de docencia universitaria e investigación clínica he librado una batalla sin cuartel contra la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y el tabaco.” Luego aclara que “distinta es mi posición científica con respecto al denominado humo del cigarrillo del medio ambiente y las enfermedades cardiovasculares”. También sostiene que en “el año 1994 la compañía Convington & Burling me requirió la realización de un megaestudio de los contaminantes del medio ambiente interior conocido como EMAIBA”.
No aclara el doctor Alvarez que Convington & Burling era el estudio contratado por Philip Morris y British American Tobacco, a través del cual contactaron a los profesionales que trabajaron para ellos.
Sí explica que “los resultados de este estudio fueron presentados en el II Simposio Internacional ‘Nuevos Avances en la Investigación del Medio Ambiente y las Enfermedades Cardiorrespiratorias’”.
Alvarez sostiene luego que toda su actividad “ha sido y será pura y exclusivamente científica desconociendo las razones inconfesables por las que se me pretende involucrar en actividades ajenas al quehacer científico”.
El cardiólogo, sin embargo, no respondió a ninguno de los puntos publicados ayer por este diario en base a la documentación de las tabacaleras. Allí afirman que fue contratado para apoyar las posiciones de las tabacaleras entre otras cosas por su relación con el ex presidente Carlos Menem y que cobró importantes honorarios. Un memorándum del abogado John Rupp, titular de Convington & Burling, fechado el 13 de noviembre de 1992, sostiene: “Los informes que hemos recibido indican que el Dr. Carlos Alvarez jugó un rol muy útil para convencer al presidente Menem de vetar la legislación antitabaco”. Y agrega que Alvarez “está dispuesto a realizar una serie de cenas en su casa con funcionarios de gobierno”. Otra carta, también de Rupp, dirigida a los gerentes de Nobleza Piccardo y Massalin Particulares explica que “el doctor Alvarez espera ser pagado por sus esfuerzos en conexión con la legislación antitabaco”. Son sólo algunos ejemplos: los documentos de Philip Morris (como el que se reproduce aquí) tienen gran cantidad de menciones a Alvarez y en todas ellas aparece como un nombre clave para su estrategia.
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