El avión Hércules C-130 que el gobierno argentino envió con equipos potabilizadores de agua, medicamentos y alimentos (con un peso total de 10 toneladas) y personal de los Cascos Blancos partió ayer del aeropuerto militar de El Palomar con rumbo a Haití. La presidenta Cristina Fernández, acompañada por la ministra de Defensa, Nilda Garré, fue a despedir al contingente y saludó uno a uno a los soldados y médicos que fueron a Puerto Príncipe. “La cantidad de muertos tiene que ver con las condiciones de pobreza de ese país”, aseguró la Presidenta, quien estimó que la designación del argentino Gerardo Chaumont, por parte de las Naciones Unidas, como jefe de la Policía de Puerto Príncipe revela “la capacidad con que se han desempeñado las fuerzas de seguridad argentinas en Haití”. La delegación argentina está integrada por 30 personas, entre los que se destacan seis médicos –dos traumatólogos y un cardiólogo– y un grupo de expertos en catástrofes. También se sumaron voluntarios, gendarmes y otros funcionarios, que tendrán a su cargo distintas tareas humanitarias. Además de la planta potabilizadora de agua, el Hércules trasladó grupos electrógenos y sofisticados aparatos de comunicación que el personal de la Cancillería planeaba llevar a la embajada argentina en Puerto Príncipe. “Esta decisión es, además de solidaridad, en virtud de que somos activos participantes de Minustah”, dijo la Presidenta en referencia a la misión de paz de Cascos Azules localizada en Haití. Antes de abordar el avión, la doctora Selva Font aseguró que “la prioridad de los profesionales es asistir a las personas que necesitan ayuda. Hay muchos riesgos de infecciones y de enfermedades”.

Por su parte, Gabriel Fucks, titular de Cascos Blancos, señaló que “la gran preocupación que tenemos es por la situación social: todos los Estados e instituciones tenemos que lograr coordinar los esfuerzos para garantizar la paz social en el lugar”. Entre los tripulantes estaba el suboficial Miguel Pepe, quien tiene la misión de trasladar el cuerpo del cabo primero Gustavo Gómez, hasta ahora única víctima fatal de nacionalidad argentina del terremoto. Pepe confirmó que “el traslado ocurrirá el domingo por la mañana”.

Ayer, mientras fumaba un cigarrillo en la terminal aérea antes de subirse al vuelo que durará no menos de 14 horas, el subteniente Pepe habló con Página/12 de lo que pensaba encontrar en la isla: “Si algo le faltaba a Haití para estar peor de lo que estaba era este terremoto. Es como si tiraran una bomba en la villa 1.11.14.” Sin embargo, para Pepe todavía falta lo peor: “Ahora vendrán la peste y las enfermedades”, evaluó.