El vuelo STS-107 del Columbia era la primera misión netamente científica de un transbordador en los últimos tres años. En sólo 16 días –el Columbia no puede permanecer más tiempo en el espacio– se realizaron 80 experimentos. Para poder enfrentar la enorme cantidad de trabajo, los siete astronautas se dividieron en un “equipo azul” y un “equipo rojo” para trabajar con mayor efectividad.
En la bodega del transbordador se encontraba el laboratorio espacial de seis metros de largo y 3,4 metros de alto, con dos salas de trabajo separadas. A bordo viajaban hormigas, arañas, ratas y también un acuario con peces y caracoles de mar. Los animales se encontraban en un acuario especial de nueve litros para investigar los efectos de la falta de gravedad en animales y microorganismos.
Los resultados también tenían importancia para la medicina –entre los tripulantes había dos médicos–, ya iban a permitir trazar conclusiones sobre el metabolismo óseo y las enfermedades motrices en las personas.