SOCIEDAD • SUBNOTA
Tanto en Río Negro como en Neuquén siguen los ecos en torno de la tragedia del vuelo 5428 de Sol Líneas Aéreas que nunca llegó a su destino en Comodoro Rivadavia. “Me enteré de que el avión se había caído cuando llegué a mi casa y mi padrastro me contó lo que había pasado. No lo podía creer, es como volver a nacer.” Kevin Bollinger tiene 18 años y la del miércoles fue su primera experiencia aérea. En diálogo con periodistas de la ciudad de Villa Regina, donde vive con su familia, recordó que bajó en el aeropuerto de Neuquén. Había subido en el aeropuerto de Córdoba y en el viaje estuvo sentado al lado del geólogo chubutense Eduardo Musacchio.
“Esta fue la primera vez que viajé en avión y, de acuerdo a lo poco que pude averiguar, todo había sido normal, sin ningún problema que pudiera ser advertido por los pasajeros. La azafata estaba muy tranquila, el viaje fue bueno. La verdad es que no sé lo que pudo haber pasado. Cuando llegué a mi casa y prendí la televisión, no lo podía creer”, aseguró Bollinger. Sobre Musacchio, dijo que supo su nombre después de lo ocurrido, dado que lo había visto revisar papeles y documentos que tenían que ver con su actividad profesional. “Durante el vuelo no hablamos nada, pero igual me conmovió la noticia y haberlo tenido como compañero de viaje”, dijo el joven. También recordó que había tenido una breve conversación con la azafata, Jésica Fontán, quien le había servido la merienda y luego lo había ayudado a desabrocharse el cinturón “porque yo no le encontraba la vuelta, por ser mi primer viaje en avión”. Bollinger bajó en el aeropuerto de Neuquén junto con otros pasajeros y siguió viaje a Villa Regina, donde llegó a la una del jueves. Allí se enteró del accidente. Recordó que cuando descendió pudo ver cómo el piloto hacía una revisión del avión, como si tratara de “constatar que todo estuviera en orden. La verdad es que todo había estado en orden durante el viaje hasta Neuquén”.
En Neuquén, mientras tanto, son muchos los que recordaron en estos días al copiloto del vuelo 5428, Adriano “El Tano” Bolatti. Uno de sus mejores amigos, Mariano Flores, declaró que era “un excelente profesional que volaba desde hacía muchos años. Era una persona que en todo momento transmitía confianza”. Lo señalaron como un fanático de la pesca deportiva y de los deportes acuáticos. Incluso lo recordó, en su página de Facebook, el gobernador de la provincia, Jorge Sapag, que más de una vez había viajado por Sol Líneas Aéreas en una máquina piloteada por Bolatti.
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