SOCIEDAD • SUBNOTA › LA MADRE DE LA CHICA NEGó QUE LA FAMILIA ESTé VINCULADA CON EL CRIMEN
Luego de un día de ausencia, tras la aparición del cuerpo de su hija, seguida del velatorio y el entierro, Carola Labrador volvió a hablar con los medios de prensa apostados en su casa. Primero desmintió que su marido tuviera algo que ver con el asesinato, luego de que se difundiera la grabación en la que un hombre dice que “le pregunte al marido dónde está la plata”. Dolida y también enfurecida por las nutridas hipótesis en torno de la familia surgidas por los medios, la madre de Candela pidió a los periodistas presentes que “dejen de inventar” y aseguró que a su hija la mataron porque los captores “se asustaron” al ver que ella se movilizó tanto para encontrarla. Exigió que se llegue “al verdadero culpable”.
“Mi marido no tiene nada que ver y aparte yo en ningún momento hablé de mi marido y no voy a hablar ahora”, dijo la madre de Candela, parada en la puerta de su casa, cerca de la esquina de Caroceros y Bustamante. Sobre el llamado que se difundió, que fue atendido por una tía de la niña asesinada, su madre solo aseguró, molesta: “Hubo un montón”. Labrador, que aún no amplió su declaración, adelantó: “Yo no puedo aportar ninguna información porque yo no sé nada. Si yo hubiera sabido, hubiera sido la primera en ir a buscar a mi hija”.
El enojo de la mujer con la prensa se evidenció cuando un notero le preguntó si en sus apariciones públicas previas al asesinato ella mandaba mensajes solapadamente a los secuestradores. “Hablemos en serio”, dijo el notero tras recibir la desmentida de Labrador. Entonces, la mujer se dirigió hacia él y le pidió respetar su duelo, mientras una de sus hermanas la retenía. “Todo lo que ustedes están inventando es todo mentira, mienten en todo momento, como no tienen noticia, la noticia ya pasó: que me la trajeron muerta a Candela”, dijo la mujer.
El nivel de dispersión mediática llegó a un punto límite cuando a pocas horas de que se encontrara el cuerpo de la chica, un canal de noticias puso una placa en la que aseguraba que había desaparecido Labrador. “Me fui a llorar a mi hija, tenía necesidad, no la pude enterrar tranquila, me volvieron loca, fue todo una locura esto”, comentó al respecto de esa placa. En un momento, pasado el enojo, miró a los noteros que durante los nueve días hicieron guardia en su casa y les pidió que no olvidaran que ella es una madre a la “que le mataron una hija”.
“¿Por qué cree que la mataron?”, le preguntaron. “Se asustaron, se asustaron porque no pensaron que yo iba a hacer tanto. No voy a parar hasta encontrar a los verdaderos culpables”, respondió.
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