SOCIEDAD • SUBNOTA › CRECE LA COBERTURA CONTRA EL GRANIZO
El granizo es sinónimo de histeria en la ciudad. Basta que caigan las primeras piedras para que el automovilista piense en dónde se estacionó el auto.
La experiencia propia y ajena habla de chapas abolladas o vidrios rotos como consecuencia de las feroces tormentas. Y cuando ya nada queda por hacer respecto del vehículo, sólo resta recordar si la póliza cubre los daños por la granizada.
Por eso, casi nadie de los que salen en auto a la mañana deja de prestar especial atención a los pronosticadores que anuncian que existe “probabilidad de tormentas y chaparrones”.
El pico de estrés data de 2006, cuando se registró la tormenta de granizo más severa de los últimos años. El 26 de julio de ese año cayó un granizo de a penas 25 minutos que bastó para causar pérdidas millonarias, la parálisis del transporte público, roturas de viviendas y comercios, y cortes de luz.
Esa vez, los más perjudicados, no obstante, fueron los automovilistas, que tuvieron que enfrentar con arreglos de entre 500 y 2000 pesos de entonces.
En forma paralela al incremento de ese fenómeno metereológico, el mercado encontraba un nuevo y lucrativo nicho para explotar el negocio del miedo: las empresas aseguradoras comenzaron a incorporar la cobertura contra granizo, con el consiguiente aumento en los costos del seguro automotor.
Según una fuente del sector, la cobertura especial para el fenómeno climático “ya existía de forma generalizada pero para las actividades productivas agropecuarias, con el objetivo de evitar o atenuar la pérdida de la producción”. Por ejemplo, para los casos de las plantaciones de frutas, en Río Negro y Neuquén, o para los viñedos, en Mendoza, Salta y San Juan.
En los últimos años, el servicio se naturalizó también en las ciudades. “No hizo falta una intervención del Estado. Las aseguradoras vieron por sí mismas el negocio de incorporar a su oferta para los usuarios de las zonas urbanas un seguro especial por granizo o mediante el seguro contra todo riesgo”, asegura la fuente.
Por supuesto, la nueva cobertura encarece el costo de las pólizas que, según el modelo del auto, aumenta entre los 30 y los 100 pesos mensuales. ¿Quién se atreve a rechazar esa cobertura y después no sucumbir ante los por arrepentimiento?
No era tan difícil prever el aumento de ese servicio. El día de la dramática caída de granizo de 2006, las palabras más buscadas en Google fueron “granizo” y “seguro”.
Por ahora, la histeria fue controlada en la ciudad. Para el auto, con un seguro. Y si hay que salir de casa, con paraguas y casco.
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