“La aprobación del Convenio Marco es importantísima: sin embargo, no es más que una intención unánime: ahora viene el trabajo, en cada país, para ratificarla”, advirtió María Inés Sosa Liprandi, directora de la Comisión Antitabáquica de la Fundación Cardiológica Argentina.
La especialista señaló que “en nuestro país ya hay numerosas disposiciones de control del tabaco, en especial en cuanto a protección del medio ambiente y prohibición de fumar en lugares públicos, que sin embargo no se aplican porque todavía no terminó de constituirse una cultura al respecto, todavía no hay una presión social que obligue a ejecutarlas. En este sentido, hechos como el que produjo ayer la OMS contribuyen a dar un mensaje muy fuerte a las comunidades: hoy ya existe una posición mundial en cuanto al tabaco; el tema no es discutible”.
En la Argentina, país productor de tabaco, “es muy importante pensar las condiciones para la reconversión de los cultivos. La Mesopotamia y el Noroeste tienen una alta dependencia del tabaco”. Sosa Liprandi ha recorrido el país para coordinar talleres sobre tabaquismo destinados a profesionales. “En una reciente visita a Jujuy, advertimos que parte de la población está tomando conciencia de la necesidad de buscar otras alternativas –dijo a este diario–. Al fin y al cabo, muchas de las tierras donde se cultiva tabaco fueron a su vez reconvertidas desde otros cultivos, especialmente a mediados del siglo XX, cuando se advirtió la rentabilidad del tabaco rubio procedente de Estados Unidos.”
Sosa Liprandi observó que “muchos de los cultivadores son pequeños propietarios; tienen unas pocas hectáreas y deben venderle su producción a un intermediario que trata con las grandes empresas. A muchos les puede convenir pasarse a otros cultivos, pero esto requiere una política de Estado que articule consideraciones sanitarias, económicas y sociales”.