En los países de ingresos económicos altos, señala el informe de Unicef, “sólo algunos niños prematuros, sobre todo los que nacen con edades gestacionales extremas, evolucionan con secuelas graves”. Pero allí la salud de la mayoría de los prematuros evoluciona favorablemente y con buen pronóstico de calidad de vida en el largo plazo. En Argentina, la sobrevida de esos niños “es muy diferente dependiendo de la edad gestacional y el peso con el que nacen”. Durante la última década, “se ha logrado mejorar la sobrevida en el grupo de los recién nacidos con un peso entre 1501 y 2500 gramos, a niveles similares a los de los países desarrollados: sobrevive el 98 por ciento de los que pesan entre 2000 y 2500 gramos, y el 93 por ciento de los que pesan entre 1501 y 1999 gramos”.

Sin embargo, en Argentina sobrevive solamente el 66 por ciento de los prematuros que, al nacer, lo hacen con menos de 1500 gramos, aunque “la falta de información y de estadísticas a nivel nacional sobre las secuelas y discapacidades” de los chicos con menos de 1500 gramos no permite “conocer con precisión la cantidad de niñas y niños afectados”. De todos modos, las estimaciones “indicarían que, en el año 2010, el nacimiento prematuro no sólo fue la principal causa de mortalidad infantil, sino también la primera causa de discapacidades severas como parálisis cerebral, ceguera e hipoacusia de la infancia”.