El secretario de Transporte, Alejandro Ramos, cuestionó la decisión del gobierno porteño de aumentar la tarifa del subterráneo, al considerar la medida como “un golpe al bolsillo de los trabajadores” y estimar que “más del 25 por ciento de los usuarios que utilizan el subte cambiarán este servicio por el transporte automotor”. A las críticas se sumó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quien consideró el aumento como “una decisión aislada”. “Es hora de que (Mauricio) Macri entienda que el subte es parte de un sistema multimodal que hay en la ciudad y el Gran Buenos Aires”, indicó el funcionario y consideró que por esa razón “la tarifa se debe discutir en conjunto”. Ambas opiniones fueron vertidas antes de que se conociera la suspensión judicial del aumento.

Ramos advirtió que “si el 70 por ciento de los usuarios del subterráneo lo utiliza para ir a trabajar, este nuevo aumento implica un descuento directo al salario de bolsillo de los trabajadores que utilizan el servicio diariamente”, lo que configura “una muestra del planteo económico y social del macrismo, que no contiene ni expresa la necesidad de los ciudadanos”.

El funcionario sostuvo que “la decisión de aumentar unilateralmente la tarifa” genera al menos dos consecuencias inmediatas: “la primera es que obliga a una gran cantidad de usuarios, mayor al 25 por ciento, a cambiar este servicio por el autotransporte de colectivos” y, por otro lado, “rompe la idea propuesta por el gobierno nacional, ya que niega la posibilidad de coordinación entre distritos”.